Recuerdo que antes de eso, de saber que existía la Velvet, escuchaba el Transformer de Lou Reed y el Berlin y el rock’n’roll Animal, que era en directo, creo, o quizás solo era en directo el primer corte, Sweet jane, ese con una intro rollo king Crimson en Formentera que paraba de repente para volver al sucio y purpurinoso Lou, en esos días demasiado amigo de Bowie para mí gusto, cosa que no es mala ni buena, o puede que las dos a la vez. Para mí, lo del maquillaje es lo de menos, aunque entiendo el contexto.
Me da un poco igual Andy Warhol, un tío que daría gracia si se lo hubiera inventado algún guionista de Saturday Night Life. Tengo una aversión extraña hacia los genios amanerados que hacen cosas que no entiendo, seguramente de crío alguien abusara de mí en una galería de arte y a partir de entonces prefiero no acercarme mucho a exposiciones de esculturas y cuadros con sentidos profundos y metafísicos por miedo a parecer lo que soy: una persona que respira. Por lo visto, Andy siempre estaba rodeado de gente interesante a la que admiro, así que debo ser tonto o no entiendo las cosas. Lo que está claro es que debía ser un genio. También estaba rodeado de modelos y gente guapa, gente brillante con mirada felina y reflejos de lince con la que nunca he tratado, ni creo que trataré a no ser que todos mis sueños se hagan realidad, cosa que dudo mucho. Por lo que he leído y visto en documentales, fue una parte crucial del grupo, sobre todo en los primeros años. El fue el creador del concepto, el binomio genio y concepto siempre van de la mano. El primer disco no vendió una mierda, la gente no entendió, como yo no entiendo el cuadro de las sopas Campbell y el retrato de colores de Marilyn, que era algo diferente que venía desde abajo para remover las vísceras y no para deleitar al usuario medio. The Factory, esa iglesia de la modernidad del Nueva York de finales de los sesenta; si yo hubiera vivido en la época, sería el sitio en donde los seguratas me dejarían en la entrada mientras entreveo por la puerta que se cierra cómo el reflejo fugaz de Eddie Segwick sonríe entre flashes, y gente delgada con gafas de sol fuma mirando a cámara y yo me muero de ganas de ser como ellos.
John Cale y Lou Reed. No tengo internet así que no puedo mirar en Wikipedia quienes eran los otros, aunque esos dos son los que más molan, ¿no? Ah! y Nico modelo europea con voz de modelo europea, alguien me dijo que murió en Ibiza, pero no sé si es verdad.
En fin, la Velvet. La primera vez que escuche el disco del plátano, fue con el discman que tenía enchufado a unos altavoces de ordenador en la residencia de estudiantes. Había robado el CD en el FNAC de Plaza Catalunya; antes hacía esas cosas. Compartía habitación con un gilipollas que jugaba a Balonmano en las categorías inferiores del Barça y estudiaba INEF en la UB, un tío al que le molestaba mucho que yo fumara en la habitación. Su novia estaba súper buena, eso si. Ese mismo día, el mismo día en que sonaba el primer disco de la Velvet, mi compañero y su novia estaban discutiendo en la habitación y yo fumaba en mi cama mientras iba suspendiendo asignaturas poco a poco. El jugador de balonmano se fue dando un portazo y su novia se quedó en la habitación llorando. Era muy, muy guapa. Al final acabamos hablando, estudiaba derecho, le expliqué lo que significaba la Velvet Undergroud, le dije que lo que sonaba hizo que el rock, de una forma elegante y misteriosa, volviera a las calles, le enseñe la piel de gallina de mi brazo mientras Lou cantaba Heroin it’s my life and it’s my wife. Parecía que lo entendía, yo me enamoré más de ella de lo que ya lo estaba de todas las novias guapas de gilipollas que estudian INEF. Los dos acabamos llorando por diferentes motivos y creí que todo iría mejor. Por la noche me tuve que poner los auriculares para no oírlos follar en la cama de al lado, cerré los ojos y a partir de ahí, la Velvet se convirtió en mi grupo favorito de los siguientes años. Me sentí enfermo y sucio, más muerto que vivo, pero vivo al fin y al cabo. Ya sabes, Up to Lexington 125.
El White light White Heat también es la hostia.