Te arrinconan. Te sacan de quicio. Se ríen de tu inteligencia. Te toman por inútil e incapaz. Te mienten. Secuestran a tu país. Se despreocupan de todo lo que te pueda pasar. Te roban en la cara mientras se ríen. Te van dejando desamparado mientras ellos se cubren las espaldas. Te obligan a salir a la calle. Te obligan a buscar comida en la basura. Te obligan a dejar tu casa y que continúes pagándola. Te imponen lo contrario de lo que prometieron. Imponen medidas impuestas por fondos monetarios internacionales y potencias extranjeras que nadie ha votado. Te obligan a tener un hijo aunque no tengas garantías ni para darle de comer. Te pegan si te manifiestas. Te multan si te manifiestas…
Después de este trabajo fino, lo han conseguido. La casta política ha conseguido convertirse en el enemigo público número uno del pueblo. Han conseguido deshumanizarse por completo. Poca gente, aparte de los de su partido, ha sentido pena por esta señora.
Lamentablemente, el propio gobierno está llevando al país a estas cotas de violencia que nadie desea. Está estirando demasiado la cuerda y ya se sabe que tanto va el cántaro a la fuente, que al final se rompe. Las redes sociales arden y rebosan. Gente celebrando su muerte y gente a la que le da exactamente igual y no le da ninguna pena; y, cómo no, desde su partido pintándola como mártir de la democracia. Lo han conseguido. Han conseguido que la muerte de un político sea deseada por algunos sin que tengan que pertenecer a ninguna banda terrorista o ser psicópatas. Han conseguido que la gente ni se sorprenda; y que incluso muchos se pregunten cómo ha tardado tanto en suceder. Han conseguido que vean normal alegrarse por la muerte de alguien. Han conseguido que sientan incluso un alivio. Han conseguido deshumanizarnos por completo. Lo habéis conseguido. Felicidades.
Creo yo que un representante político sí que debe respetar el minuto de silencio de la muerte de otro representante político sea del color que sea, aunque a Labordeta ni siquiera le hicieron un minuto de silencio, todo cabe decirlo. Otra cosa son los ciudadanos. Los ciudadanos pueden opinar lo que quieran, cuando quieran y como quieran. No me alegro de que se haya muerto Rita Barberá, pero pienso que era una mala persona, una ladrona y una sinvergüenza. Pero eso no lo pienso porque se haya muerto. Eso lo pienso desde siempre. ¿Porque se haya muerto he de dejar de pensarlo? ¿Lo que pienso siempre no lo puedo pensar hoy? Yo no voy a su entierro a decir que era una sinvergüenza. Lo digo desde mi casa y creo que soy libre para decirlo sin que nadie diga que le estoy faltando al respeto.
Ahora parece que el populismo y los medios de comunicación han matado a Rita Barberá, pero las decisiones políticas, los desahucios y los bancos no tuvieron nada que ver en que mucha gente se tirase por la ventana de su casa al vacío
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