Me sigue. Lo encuentro en todos los sitios; siempre me está observando. Quiere causarme dolor. Creo que me odia. ¿Por qué? ¿Quién cojones es? ¿Qué mierda le he hecho?
Jajaja… pero en mi casa no puede entrar. Las persianas están bajadas y las puertas cerradas. ¡Sí! Aquí no puede verme. Por eso estoy siempre en casa. El hombre deprimido me espera fuera. De día. De noche. Nunca se va. En ocasiones miro por la ventana y no lo veo, pero se que está ahí,esperándome.
Puede que sea ella ¡Sí! ¡Ella me lo ha enviado! Le hice daño y se fue, pero para ella no es suficiente. Quiere que sufra. Quiere causarme dolor. Por eso él está allí, esperando su momento. Por eso me persigue.
Jajaja… pero en mi casa no puede entrar. Las luces siempre están bien apagadas. Todo está oscuro. No entra ni la más mínima luz, parece el averno; aquí estoy a salvo. Ese hombre quiere que me muera. Es por ella. ¡Sí! Ella es la razón.
Yo la asesiné. Nadie lo sabe, solamente él, por eso me persigue. El otro también está muerto, pero eso no le importa al hombre de allí fuera
Debería decírselo. Hablarle del otro. Los dos están enterrados juntos. Los dos en el jardín. Uno encima del otro, igual que como me los encontré.
Tengo que contárselo al hombre deprimido, pero me da pánico oír su voz. Él anhela mi muerte. El cabrón sólo piensa en eso.
Jajaja… pero en casa no puede entrar. Silencio, aquí nunca hablo. Silencio, él me puede oír. Sólo hablo cuando otras voces se confunden con la mía. El hombre está allí. Está fuera, cual francotirador, nunca descansa. Me espera. Ya no puedo aguantar más saber que estará siempre vigilándome y por eso me corto las venas.
jajaja… pero en casa no puede entrar. En casa no hay espejos.