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La Isla Tortuga está situada al norte de la costa de Haití, en Las Antillas. Este pequeño enclave de 180 kilómetros cuadrados también ha sido conocido con el nombre de la Isla de los Piratas; y es que, desde el siglo XVI, constituyó el refugio clandestino de piratas franceses, ingleses y holandeses que se enfrentaban por el oro y las riquezas a la flota española.

Fundamentalmente, la pequeña isla fue la base de los bucaneros. De hecho, esta palabra comenzó a utilizarse en esta isla atribuyéndose, en primera instancia, a los comerciantes independientes sin vínculos con las monarquías europeas, principalmente franceses que con el tiempo se asentaron en el lugar y pasaron al cultivo de tabaco. Aunque los españoles los expulsaban, volvían una y otra vez.

Piratas 1

Las autoridades españolas residentes en la zona vieron como un peligro el desarrollo del comercio por parte de esta gente. Por consiguiente, arremetieron contra ellos obligándolos a buscar refugio en la Isla de la Tortuga. Desde allí siguieron con la comercialización de sus productos. Cuando veían pasar un barco entre Cuba y Haití, se hacían a la mar en pequeñas naves veloces a las que llamaban bergantines (palabra que deriva de bergante, como alusión a la tripulación de la nave) para ofrecerle sus productos. Decididos a expulsar de esa región a unos personajes que no sólo mancillaban la soberanía del Reino de España sobre esas tierras, sino que también eran mal vistos por la fe cristiana eclesiástica debido al carácter “infiel” o hereje de estos personajes, los españoles invadieron la isla en 1638 y dieron muerte a cerca de 300 bucaneros. Lo que los españoles no sabían, es que una buena parte de estos hombres estaban cazando ese día fuera de la isla. Al regresar y ver la masacre que habían realizado los españoles, juraron venganza sobre los cuerpos de sus compañeros y fundaron la primera sociedad libre del mundo (aún antes de la Revolución Francesa) conocida como la Cofradía de los Hermanos de la Costa. Desde allí siguieron con su comercio de carne seca y se dedicaron a abordar y asaltar a los barcos españoles que, volviendo del Nuevo Mundo, se dirigían a España cargados de riqueza. Con el tiempo, como consecuencia de la presencia de las mujeres blancas traídas a la isla (prostitutas europeas), la sociedad se fue desintegrando.

Esta serie de artículos abordarán la importancia que tuvo la Isla Tortuga históricamente en el ámbito de la piratería caribeña. La conoceremos a través de sus más célebres habitantes como Barbanegra, el Olonés o el propio Sir Francis Drake.

Del mismo modo observaremos la evolución a través de la sociedad “proto-anarquista” que se desarrolló en esta isla, donde se defendía la libertad individual por encima de todo. Analizaremos las sociedades bucaneras, de filibusteros y corsarios encarnadas en la Hermandad de la Costa. En definitiva, repasaremos como leyenda y realidad se mezclaron en este pequeño enclave caribeño.

Ilustración de la Isla Tortuga del S.XVII

Ilustración de la Isla Tortuga del S.XVII

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