Ya pueden reforzar el número de agentes. Ya pueden duplicar los mecanismos de vigilancia, poner cuchillas y alambres espinosos; ya pueden hundirse embarcaciones enteras, que las personas continuarán intentando llegar a Europa y muchos de ellos morirán en el intento. Mientras el primer mundo no redistribuya la riqueza y continúe ahogando, sometiendo y haciendo lo posible para que los países más pobres no avancen, ya sea saqueando o directamente dando apoyo a dictadores y sistemas corruptos hasta la médula que les aseguren materia prima barata, estos repartirán su pobreza en forma de emigrantes. Para que nos entendamos:
–No hay que darles el pescado. Hay que enseñarles a pescar…
–Pues suelta el río, cabrón.
El discurso neoliberal es aberrante: “Quédate en tu país (púdrete ahí), que el progreso y el desarrollo capitalista llegará a todas partes. No seas impaciente, hombre”, mientras hacen lo posible para que no llegue nunca, o se demore en exceso, ese avance. La única solución factible sería cambiar de sistema económico, político y social. Un sistema más justo, equitativo y humano. Los países pobres son la cloacas del sistema capitalista y muchos de sus habitantes quieren salir a la superficie. Es mentira lo del desarrollo global que llega con el capitalismo. Hay países donde el capitalismo ha llegado en su forma más salvaje. Donde casi toda la riqueza es privada y el estado de bienestar, que garantice cubrir las necesidades básicas a través de un sistema de seguridad social y solidaridad, así como que fomente el desarrollo, es muy débil.
Es mentira que el desarrollo llega a todas partes con el capitalismo. El desarrollo ha de ser sostenible y este sistema no entiende de sostenibilidad ¿Qué pasaría si ahora toda África se industrializase y se convirtiese en una sociedad consumista? ¿Qué pasaría si, por ejemplo, en China y en la India todos quisiesen tener coches y electrodomésticos? ¿Le vas a negar a esas regiones aquello que llevas haciendo años? Los recursos del planeta se acabarían en días, así que prefieren continuar con este sistema y dejar en las cloacas a los demás, antes que diseñar un sistema más justo, global y humano, que sea sostenible y garantizase los derechos fundamentales del ser humano. Se podría cambiar, pero no se quiere y tampoco se educa para ello. Sólo hace falta ver la reacción de la gente ante estas tragedias: «¿Qué podemos hacer?» El hombre hace más de 40 años que llegó a la Luna y aún no sabe (no quiere) erradicar la pobreza.
Seguimos pensando que el problema de la pobreza, el hambre, la enfermedad y la sed es sólo problema del que la padece, cuando es un problema de la humanidad. Seguimos siendo unos egoístas, unos insolidarios y unos desconsiderados. Podemos pensar y decir que «no es nuestra culpa», pero sí, lo es, algunos directamente, otros como cómplices aunque sólo sea por el mero hecho de votarles, y cualquier forma de excusarse, es tirar de cinismo:
m. Desvergüenza o descaro en el mentir o en la defensa y práctica de actitudes reprochables.