Las novelistas británicas de la época victoriana inventaron un nuevo género en el que se especializaron con gran éxito: las novelas de trama nupcial, que reflejaban la lucha de las mujeres de la época por conseguir un marido aceptable y adecuado que les solucionara la vida tanto social como financieramente. La última novela de Jeffrey Eugenides nos presenta un giro postmoderno de esta trama nupcial donde Madeleine, una estudiante que escribe su tesis justamente sobre este tema, descubrirá simultáneamente la semiótica y el amor con consecuencias desastrosas para todos los implicados.
La novela empieza como un libro sobre libros ambientado en el entorno universitario de la facultad de Letras en los años ochenta, con sus discusiones interminables sobre la muerte del autor, la mirada a la obra y el poder del lector para reescribir la novela con cada lectura. Para después ir evolucionando hacia una trama psicológica y de costumbres cuando el triángulo protagonista (Madeleine, Leonard, el científico al que ama y Michael, el teólogo que aspira a casarse con ella) acabe sus estudios y se vea lanzado a la vida real. Entonces los tres van a descubrir que el mundillo universitario es una burbuja fuera de la realidad y que el despertar a la vida no siempre va a ser tan dulce: el feminismo ha acabado con muchas seguridades en materia amorosa, las mujeres ya no buscan un marido que les solucione la vida porque decubren que se pueden defender mucho mejor sin ellos y seguir el camino de la ciencia o de la religión puede resultar más arduo de lo que parece. La vida cotidiana de la época postmoderna está tan deconstruida como la literatura y ninguna semiótica podrá ayudar a los protagonistas a captar su sentido último, en el caso de que realmente lo haya.
De esta novela se afirma que es una historia tan contemporánea que se lee como el diario íntimo de nuestras propias vidas, aunque yo más bien la describiría como la crónica despiadada de la muerte de nuestras ilusiones juveniles. Eugenides, que con tanta empatía y compasión supo escribir sobre la indefinición sexual en Middlesex, aquí no se priva de desenmascarar al trío de personajes como intelectuales privilegiados que piensan durante sus estudios que la vida va a ser una orgía perpetua y después les hará pagar sin piedad las consecuencias de este error. Y todo esto sin perder en ningún momento el buen humor y la fina ironía que hacen de esta novela una lectura tan placentera. Poder disfrutar de las desgracias ajenas de una forma intelectualmente correcta no es algo que se ponga a nuestro alcance cada día, La trama nupcial es un libro tan único e inclasificable como su autor.
Jeffrey Eugenides. Ilustración de Jorge Berenguer para Negra Tinta. © Negra Tinta 2014
