¿Cómo detestarte si la pulsión fue tan pura?
¿Cómo podría desearte mala fortuna?
¿Cómo igualar ese cinismo, absurda?
¿Cómo aspiraste a que llegara a tu bajura?
¿Cómo iba a reptar para ponerme a tu altura?
¿Cómo te disfrazaste, sin barba, de Judas?
¿Cómo verbalizar que fueras tan puta,
perdón, tan cruda?
¿Cómo crujiste aquella ilusión desnuda?
¿Cómo ahuyentar en apenas media luna?
¿Cómo desprenderme de tu brillo en penumbra?
¿Cómo era aquella fábula…
…sí, la de la zorra y las uvas?
Pues a este racimo de dulzura,
querida inmadura,
le diste sepultura.