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Fotografías: Pol Jordà

Casi nadie prestaría mucha atención a la calle Castells de Montcada i Reixac si pasara por ella. Parece que sea una de esas calles en las que nunca ha ocurrido nada destacable más allá del ir y venir de sus habitantes. Esas calles que olvidas al girar la esquina. Pero la calle Castells, corta y en bajada, contempla habitualmente el día a día de uno de los grupos de moda del panorama musical español: La Pegatina. Allí tienen su local de ensayo, como si quisieran prometerse que nunca olvidarán su origen. Demostración: muy cerca, por ejemplo, está la estación de Montcada-Ripollet, donde en sus inicios el grupo subía al tren para tocar en los vagones. Recientemente, estos músicos han grabado en ese tren el videoclip de Ni chicha ni limoná con el grupo bosnio Dubioza Kolektiv. Y de esta relación con el tren antaño también surgió la canción autobiográfica Los niños de la Renfe.

Pero volvamos al local de ensayo, que hay que describirlo. Nada más entrar en el edificio que lo alberga –he llegado poco más tarde de las dos de la tarde de un día soleado, justo cuando La Pegatina acaba de finalizar cuatro horas de ensayo– te encuentras con el garaje, donde está aparcada una furgoneta gris, la furgoneta que les ha acompañado a tantos lugares. Si las furgonetas hablaran. Encima de una pequeña mesa hay un ejemplar de A Sangre Fría de Truman Capote. Y el espacio en el que moldean su rumba urbana se encuentra detrás de una pequeña puerta metálica que lo separa del garaje. Adrià Salas (voz y guitarra), Rubén Sierra (voz y guitarra), Ovidi Díaz (percusión y coros), Sergi López (batería), Romain Renard (acordeón y coros), Axel Magnani (trompeta y coros), Ferran Ibáñez (bajo y coros). Están todos. También Miki Florensa, guitarrista de Möndo Loco, quien les acompañará durante la gira de La Gran Pegatina, una big band que han creado con la intención de alcanzar un nivel más en su cautivador directo. Hay objetos colgados en las paredes. Por ejemplo, un sujetador que tiene escrito Via Mandarina, el título del segundo disco del grupo, en rotulador. Me olvido de preguntarles si provocó que la fan se quedara en topless. También hay colgada una bandera de Macedonia, otra de Ecuador o una bufanda de la Peña Bética de Valdemoro. Por mi parte, después de la invitación de Adrià, me acomodo en una silla situada en medio de la sala. Ello comporta que los componentes de La Pegatina me rodeen por todos lados como si tuviésemos que distribuir el peso para que el barco no naufragara.

[Información de servicio para que el lector pueda juzgar correctamente la entrevista: el periodista también es de Montcada i Reixac, y la mayor borrachera que ha cogido durante un concierto fue en uno de La Pegatina celebrado años atrás en la fiesta mayor de esta pequeña ciudad de las afueras de Barcelona].

–¿En qué consiste esta aventura de La Gran Pegatina?

Adrià: Es algo que siempre nos había hecho mucha ilusión. Ahora coinciden diferentes cosas: los músicos con los que queríamos compartir la experiencia están disponibles, a finales de año haremos nuestro concierto número mil y también tenemos en mente grabar un DVD en directo. Por otro lado, cumplimos trece años de existencia y tendremos trece músicos, desafiando a la mala suerte, sobre el escenario.

–¿Qué aportará la big band a vuestra música?

A: El público flipará.

Ovidi: Meteremos más caña a las canciones, tendremos una sección de viento (Tuli con el saxo y Marcos Crespo con el trombón), guitarra eléctrica (Miki Florensa), violín (Víctor Guadiana), los cantantes (Maribel La Canija y Pipo Ti) tendrán un registro muy diferente a lo que normalmente hacemos…

A: [La big band] Da mucho juego, se reinterpretarán todas las canciones.

–¿Cuánto tiempo estaréis dando vueltas con esta formación?

A: De finales de abril a mediados de octubre. Empezaremos en el Viña Rock y acabaremos en La Riviera de Madrid. Después ya volveremos a nuestro registro normal por Sudamérica y en diferentes salas españolas.

–Intuyo que todo esto os encamina hacia festivales de gran formato.

A: Claro, hay salas a las que no podemos llevar La Gran Pegatina. Necesitamos espacio. Con este formato no haremos salas, tan solo La Riviera. La idea es hacer festivales, fiestas mayores grandes y que nos vea el máximo de gente posible. Queremos que nos vean las 30.000-60.000 personas que van de media a los festivales. Que todo el mundo que quiera vernos, pueda.

–¿A partir de ahora queréis optar más por festivales que por salas pequeñas?

A: Cada cosa tiene su momento. Los festivales son en verano; el resto del año haces salas. En verano nadie hace salas porque te mueres de calor. Se tienen que conservar las dos cosas.

–A vosotros siempre os han elogiado mucho por vuestro directo.

A: Sí, pero es que tocar en directo es lo que nos gusta. Fuimos uno de los primeros grupos que empezó a preparar la producción del directo. Hace nueve años que lo hacemos, de la misma manera que en teatro se ensayan las obras. Estamos mucho tiempo decidiendo cuál es el orden perfecto de las canciones para que la gente esté atenta, para que entre en el concierto y lo pase lo mejor posible.

Rubén: Pasa de ser un directo a ser un show, un espectáculo completo.

O: Esto antes solo lo hacían los grupos de gran formato.

A: Y ahora ya lo hacen todos los grupos, hasta los que comienzan. Pero ellos solo están una semana preparando el directo. En cambio, nosotros estamos dos meses. De hecho, con La Gran Pegatina estaremos dos meses y medio.

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–Vuestros directos recuerdan el espíritu desinhibido y cercano de las fiestas mayores (Adrià y Rubén son del barrio de Mas Rampinyo de Montcada i Reixac, donde hace décadas acudía toda la gente de la comarca del Vallès Occidental para vivir la primera fiesta mayor del año de la zona). ¿Antes de ser La Pegatina ibais mucho de fiesta mayor?

A: Sí, ya nos han dicho alguna vez que nuestros conciertos son el pack completo para una fiesta mayor: la música de concierto, la música para bailar de forma romántica y la música de discoteca. Y sí, habíamos ido mucho de fiesta mayor y seguimos yendo. Y nos gusta mucho acudir a los conciertos de los grupos que nos gustan.

–Desde hace un tiempo es muy habitual ver en el mundo de la música cómo unos grupos colaboráis con otros. Sin ir más lejos, en vuestro último disco habéis compartido canciones con siete grupos. ¿A qué se debe?

R: Actualmente hay mucha facilidad para contactar unos con otros sobre todo gracias a internet. Nosotros hemos hecho temas con grupos de China, de Japón o de Brasil gracias a poder contactar virtualmente. Nos enviamos las pistas y así vamos trabajando. Internet ha acercado a grupos que antes ya se interesaban pero que quedaban muy lejos y no podían ponerse en contacto para hacer algo juntos. Pero nosotros siempre hemos tenido interés en compartir y descubrir a otros grupos. Así nuestra música se enriquece y también conseguimos llegar a públicos diferentes.

–¿Estrenaréis alguna canción nueva durante esta gira?

A: Sí, habrá una canción nueva con todos los integrantes de La Gran Pegatina. Igualmente el resto de canciones sonarán muy diferentes a lo habitual. El directo cambiará mucho. Tendremos un amigo videojockey francés [Thibault Chenard], estamos preparando ilustraciones, tendremos pantalla de leds, estaremos situados en diferentes tarimas…

–Tenéis una canción titulada Una mirada en la que invitáis a Angela Merkel, Mariano Rajoy y Vladimir Putin, entre otros, a que se vayan de sus cargos políticos. ¿En el momento sociopolítico actual qué papel tiene que hacer la música?

A: La música tiene que ser sincera. Nosotros en ese momento queríamos expresar eso y así lo hicimos en Una mirada. Sí que hay músicos que se toman el oficio como un acto político, quieren hacer política con la música, pero hay otros que sienten que tienen que expresar cosas del corazón, del amor, para ayudar a personas que lo están pasando mal con sus rupturas. Yo creo que cada uno tiene que hacer lo que quiera. Por nuestra parte, en este último disco hemos sacado un par de canciones de reivindicación política. En definitiva, hay gente que hace muy buena canción política y otros que se decantan por otro tipo de letras. Si todos hiciésemos canciones políticas quizá sería un poco aburrido.

–De todas formas, la manera en la que vosotros os posicionáis más claramente en este sentido es cantando constantemente en diferentes lenguas: catalán, gallego, euskera, castellano, francés, italiano, inglés. ¿Alguna vez alguien se ha quejado por el hecho de que cantéis en algún idioma en concreto?

–A: No, no se quejan. Pero sí que es verdad que a veces algún medio de comunicación no nos ha querido sacar por no ser el grupo prototípico que canta en una lengua determinada. Aunque de ninguna manera cambiaremos nuestra forma de ser y de hacer nuestra música para salir en un medio, no tiene ningún sentido. Es su problema.

–¿Tiene sentido sacar un disco actualmente?

A: Es evidente que la gente tiene que crear música. No sé si el disco es el formato ideal, pero en algún sitio se tienen que poder mostrar estas creaciones. Quizá ahora sí que estamos en una época en la que se prioriza más tocar en directo que sacar canciones, pero la industria de la música está cambiando tan rápido que quizá mañana ocurra al revés.

–¿Es difícil sacar la cabeza en un panorama invadido por la música indie?

A: Yo creo que hay diversidad de estilos musicales, pero sí que ha tenido un poco más de notoriedad lo indie a causa del estilo de vida que lleva la sociedad actualmente. Hay mucha música indie pero también hay mucha música festiva. El resumen podría ser el siguiente: las fiestas mayores están llenas de música festiva; los festivales están llenos de música indie. Está un poco repartido. Aunque también es verdad que el indie le ha hecho mucha sombra al rock, al hip-hop y a otros estilos de música que antes eran mayoritarios a nivel estatal y que ahora no lo son tanto.

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El espíritu de La Pegatina ante la sociedad se resume en unos versos de Despierto: “Veo gente que duerme / gente que no despierta / gente con una venda en los ojos / y hay gente que va con los ojos rojos / soy un vivo entre muertos / soy un lince entre ciegos / yo, voy despierto, y no tengo sueño / y se tiene que volar despierto«. Eso les ha permitido proyectarse desde Montcada i Reixac, una ciudad dormitorio avasallada por el poder de la vecina Barcelona y sin demasiada vida cultural, hasta gran parte de Europa, Sudamérica y Asia, continentes en los que han llenado conciertos y han teloneado a grupos como The Killers o Green Day. Pero como ya se ha dicho anteriormente, La Pegatina nunca ha renunciado a su origen de la misma manera que Rubén no ha dejado aparcada su costumbre de llevar la zapatilla izquierda de distinto color que la derecha. Sin ir más lejos, hace cuatro años el grupo creó una versión del himno del CD Montcada, el modesto club de fútbol de la ciudad vallesana.

–Es impactante ver en YouTube cómo en China conseguís que el público salte y disfrute aunque vuestro estilo de música les sea lejano. ¿Aquí nos falta cultura musical para aceptar de forma natural a los grupos que provienen de países que nos resultan exóticos?

A: No sé si falta cultura musical, pero lo que sí falta es abrir un poco más la mente a la cultura de otros lugares. Nos conformamos con lo que sabemos y no vamos nunca a descubrir. Por suerte, gracias a plataformas como Spotify es más fácil abrirse a otro tipo de música y descubrir cosas nuevas. Los festivales son otro lugar donde el descubrimiento es factible. Cada vez son más eclécticos. Ya era hora. Ahora se abren más que antes. Tú puedes ir a un festival a ver a los cuatro grupos que te gustan, pero de golpe, descubres un grupo nuevo que nunca habías escuchado y que te atrae. Hasta hace poco esto no pasaba.

–No todo el mundo está tan a favor de los festivales.

A: ¿Quién no lo está?

–Por ejemplo, el periodista cultural Kiko Amat, quien me dijo en una entrevista lo siguiente: «Odio los grandes festivales: el Primavera Sound, el Sónar… se tiene que resistir un poco. Hay mucha gente que está en contra del Primavera Sound, pero después va”.

O: Todo es compatible. Descubres un grupo en un festival y más adelante lo puedes ir a ver a un concierto suyo.

A: Claro, en la época de salas ya tendrás tiempo para disfrutar del grupo en un formato más cercano.

R: Los festivales son un escaparate para ver el panorama musical, para observar lo que se está haciendo alrededor del mundo.

O: A nosotros mismos nos ha ido muy bien aparecer en festivales en el extranjero porque gracias a ellos después hemos conseguido tocar en salas de esos países.

–Siempre habéis sido un grupo muy transversal que ha conseguido llegar a personas de diferente género, condición social y edad. ¿Fue vuestro propósito desde el principio?

Ferran: De la misma forma que podemos colaborar con Love of Lesbian, [en Amantes de lo ajeno, canción que pertenece al álbum Eureka!] también queremos que nuestro público abra la mente. Eso de clasificar a los músicos es una putada para los que nos dedicamos a este oficio.

R: Lo principal es que nosotros disfrutemos con lo que hacemos y que nuestra música se escuche. Después, quien la escuche o no ya no depende de nuestro poder de decisión.

Axel: Nosotros mismos somos muy diferentes.

O: ¿Ah sí? [se ríe].

A: Hemos ido a festivales de estilos de música muy diferentes. Desde festivales muy indies en los que nosotros éramos los únicos que nos salíamos del estilo, a festivales de pop-rock o de electrónica. Esto hace que poco a poco tengamos más público de diferentes estilos.

–¿Se puede hablar de una generación de grupos catalanes liderada por La Pegatina, La Troba Kung-Fú o Txarango que fue pionera en aspectos como la autogestión y la cercanía con los fans en las redes sociales?

A: Somos grupos que hemos hecho las cosas de forma diferente porque la mayoría nos hemos visto obligados a autogestionarnos. Por ejemplo, alquilando una sala para preparar minuciosamente los directos, gestionando nuestro propio merchandising o llevando las redes sociales. La industria musical está cambiando. Y seguirá cambiando e irán surgiendo nuevas formas de trabajar. Ahora los grupos que nacen siguen un poco nuestro camino porque también se ven obligados a ello si quieren ganarse la vida con la música.

–¿El punto álgido de La Pegatina aún está por llegar?

A: Yo creo que este año será un punto álgido.

R: Tenemos la sensación de ir creciendo y de dar pasos adelante. Estamos ante nuevos retos.

–¿Os planteáis tocar en algún continente donde aún no hayáis llegado? Me vienen a la mente África y Oceanía.

Todos: ¡Precisamente esos dos! [risas].

R: Cada lugar es diferente. Aunque estés llenando aquí no quiere decir que en la otra parte del mundo también vayas a llenar. Hay que empezar picando piedra, igual que hicimos aquí anteriormente. Empezar de cero. El punto de ventaja es que tenemos un show que creemos en él y que vemos que funciona en todas partes.

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