Salto del pescante,
huyo,
las piedras se clavan
como recuerdos,
constantes,
en mis plantas
¿O es el dolor sordo
de aquellos instantes,
quien me asalta
al correr, punzante?
En el vagar divago
tropiezo,
caigo,
como el ocaso.
Se extingue la luz
como aquel
–¿Ya no te atraigo?
–Mmmm… según.
Me alzo,
en el valle de la memoria
de mis eras psicológicas
como un fakir de montaña,
descalzo.
Siegas mi lógica.
Sobre afilada guadaña
de rocas cuaternarias
tropiezo,
me destrozo,
ansío caer en tu regazo.