¿A quién no lo han pillado por WhatsApp? ¿Quién no se ha arrepentido tras mandar un mensaje?
¿Quién no ha perdido algún amigo o amor por un mensaje mal entendido? O lo peor, ¿quién no ha compartido, sin quererlo, alguna confidencia enviándola por error a otros destinatarios?
Imaginen al rey Salomón y a Yahvé manteniendo una conversación por WhatsApp tal como está escrito en el I Libro de los Reyes. Podría llevar a equívocos cuanto menos.
Yvé: “ Pide lo que quisieres que yo te dé ”
Slmón: “… Da pues a tu siervo un corazón dócil para juzgar a tu pueblo, para discernir entre lo bueno y lo malo [para poder gobernar….] “
Piensen ahora en Carlomagno chateando con Miguel I. Rangabé y Constantino VI, sin estar a la altura propia de un gran emperador.
CM: “Sabemos quién eres, sabes quiénes somos. Un beso compi-magni”
MIR: “Vivimos en un Imperio bizantino muy difícil…”
C.VI: “Y tanto! Me uno al chat… Pero prefiero charlar sin intermediación bizantina”
Uno más, Los Reyes Católicos y Cristóbal Colón por Skype (sin imágenes)
Isbel: “ Nos estamos viendo, nos queremos, nos respetamos. Lo demás, merde”
CC: “ Os lo agradezco mucho. En el futuro aprenderé francés”
Fdo: “ Me uno al chat compi- reini, … comemos mañana?”
CC: “ No puedo mi Señor estoy en las Américas. Pero si es necesidad vuelvo antes”
Fdo: “ Ahí va! Claro que no. No tires más de la Black Card! Qué el vuelo sale un pico! Ya cuando vuelvas de conquistar hablamos. Y disfruta lejos de este barullo de reino”
La que se podría haber liado a lo largo de la historia. Aunque, sin prensa no hubiera sido posible divulgar ninguna noticia. Afortunadamente, hoy en día podemos saber de muchas cosas gracias a la prensa, a su existencia y a su ejercicio en libertad. Ahora más que nunca, con las nuevas tecnologías, las noticias son inmediatas y masivamente mostradas desde cualquier dispositivo electrónico colocado en todas las esquinas de los imperios. No hay secreto a salvo del control a través de la intermediación electrónica o telefónica. Como pretende el FBI, y al que se niega Apple. Lo que es noticia pública para unos, para otros es tan solo un simple y desafortunado mensaje privado.
¡¡Maldito WhatsApp de merde!!