Los años de peregrinación del chico sin color – Haruki Murakami
Ser o no ser coherente en la trayectoria literaria, el eterno dilema de cada escritor. ¿Es mejor el autor que sigue fiel a su estilo y su poética creando una obra sólida, firme y personal? ¿O el que tropieza, se cae, se levanta, se eleva a alturas insospechadas y vuelve a pegarse un batacazo para remontar de nuevo? Haruki Murakami pertenece sin duda a este segundo género, quien habla del “inconfundible estilo” simbólico y metafórico del japonés suele referirse realmente a sus novelas más emblemáticas como Crónica del pájaro que da cuerda al mundo o Kafka en la orilla. Olvidando que estas obra “mayores” fueron precedidas de libros tan frescos, curiosos y directos como El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas o La caza del carnero salvaje. Seguidas por la mediocridad rutinaria de After dark o Sputnik mi amor. Y rematadas por la infumable trilogía comercial 1q84.
A la vista de esta trayectoria, su última novela Los años de peregrinación del chico sin color no me parece en absoluto una obra menor. Es menos impresionante pero está mejor construida y elaborada que otras obras suyas más espectaculares pero que estilística y argumentalmente terminan haciendo agua por todas partes. Esta vez el autor ha creado personajes auténticos y reconocibles dentro de su relativa excentricidad, situados en un hilo argumental bien desarrollado y que va creciendo en interés a medida que avanza la historia a un paso lento y meditativo. Al final muchas preguntas encontrarán respuesta, otras muchas quedarán sin resolver y algunos giros argumentales pondrán a prueba la buena fe del lector. Pero a pesar de todo es muy posible que éste acabe cerrando el libro con la sensación de haber hecho una buena lectura, porque por una vez Murakami ha conseguido terminar una obra con un final adecuado, satisfactorio y bien escrito.
Siendo un libro que trata básicamente de la soledad en sus distintas manifestaciones y cómo aprender a vivir con ella, su lectura se beneficia de un ambiente solitario y silencioso en la naturaleza o en el rincón más oscuro de la casa y es recomendable abstenerse de leerlo en el metro o el autobús. Aunque quien tenga ocasión de hacerlo debería probar su lectura en un tren japonés de larga distancia o en un vuelo entre Tokio y Helsinki, el maridaje de la ficción con las experiencias viajeras es un placer insospechado y exquisito.
Murakami by Negra Tinta. © Negra Tinta 2014
