La novia ladrona – Margaret Atwood
Dice la sinopsis de esta novela: Zenia disfruta cazando, torturando, desmembrando. Cubre de terciopelo su malevolencia y seduce a sus presas con un juego de espejos. Es una ladrona hábil y engañosa, una devoradora de hombres, una comadreja ávida de sangre. Tony, Charis y Roz fueron sus víctimas y tal vez nunca logren hacer que desaparezca de sus vidas, porque el poder de Zenia no conoce límites, ¡ni siquiera los de la muerte! Pero este resumen peca del sensacionalismo superficial de todas las sinopsis y no alcanza siquiera a sugerir la riqueza y la complejidad argumental de la obra.
Narrada desde un triple punto de vista, llegamos a conocer a las tres protagonistas Tony, Charis y Roz desde dentro y desde fuera, cómo las ve el mundo y cómo se ven ellas mismas. Pero sobre Zenia, la cuarta en discordia y “la novia ladrona” del título, resulta imposible tener un punto de vista porque de ella realmente no sabemos absolutamente nada, solamente la imagen que de ella tienen Tony, Charis y Roz. ¿Pero hasta qué punto son fiables como testigos? No se trata ya solamente de que Zenia cambe de actitud para acercarse a cada persona sino más bien que cada persona va a proyectar sobre Zenia la imagen que quiere ver de ella. ¿Tiene Zenia realmente ese poder ilimitado o son las debilidades de sus oponentes las que la hacen crecer en estatura maléfica?
Ninguno de estos personajes ha sido creado para despertar nuestra empatía y el sentimentalismo es una palabra inexistente en el vocabulario de Margaret Atwood. La autora no tiene compasión alguna con sus personajes, los coloca en situaciones para las que están poco dotados y tendrán que arreglárselas como puedan para lograr sobrevivir, o no. Tony y Charis son seres débiles y víctimas natas incapaces de superar su situación de presa fácil, pero Roz es una superviviente nata que no se va a dejar vencer con tanta facilidad. Condenada a un cuerpo grande, feo y desgarbado, a una voz ruidosa y a una falta innata de clase y buen gusto pero condenada al mismo tiempo a soportar todo esto desde la clara consciencia de su inteligencia y lucidez, su único punto débil en la vida fue enamorarse de un chico guapo y casarse con él y ha estado pagando por ello durante años. La relación con sus gemelas es entrañable, las hijas son tan grandes y ruidosas como la madre pero con mucha más seguridad en sí mismas y condenadas por la falta de delicadeza genética de las mujeres de la familia a comunicar su amor a su madre a base de trompicones y trompazos.
Y mientras las mujeres de la novela se juegan a vida y muerte las cartas que les ha deparado el destino, sus hombres son unos seres débiles, egoístas y fantasmales que viven en su propio mundo y se dejan llevar por los acontecimientos. Sus compañeras sentimentales los idealizarán, protegerán o cerrarán los ojos ante esta realidad, las gemelas de Roz en cambio se van a negar desde pequeñas a que aparezcan personajes masculinos en sus cuentos y exigen que todos, tanto héroes como villanos y los triunfadores con las víctimas, sean mujeres como ellas. Este libro de 1993 es la propuesta de Margaret Atwood al cansancio de estereotipos femeninos y feministas: el sexismo es algo superado y cada uno va a desempeñar el papel que le toque en la vida, pero solamente algunos tendrán el valor necesario para crear sus propios roles y beneficiarse de ello.