Corre por ahí una foto de una página de un libro de texto, que por su fuente y su simpleza, diría que es para niños pequeños, en la cual reza que Federico García Lorca murió durante la Guerra Civil. Hay mucha indignación porque no pone que fue fusilado por el bando nacional. Y ahora viene mi pregunta: ¿Alguien tiene el valor de decirle a un niño pequeño que fue fusilado «por rojo y por maricón»? Supongo que alguien lo dirá a su hijo antes del «los reyes son los padres». ¿Alguien pondría ese «fue asesinado por rojo y por maricón» en vez de usar el eufemismo de «murió durante la Guerra Civil»?
Hay quien ve una estratagema ideológica para borrar el pasado. Yo no la veo. Esos niños sabrán más detalles en libros de texto, incluso de la misma editorial, cuando crezcan un poco más. No veo nada malo en elidir ciertos aspectos a cierta edad. La gente se alborota como si fuese un texto de un libro de bachiller. No creo que ni yo ni nadie de nosotros supiese que Lorca murió fusilado con seis años. Ni siquiera recuerdo cómo lo supe. O sea, no fue una revelación de «oh, me han estado engañando todos estos años». La muerte y el exilio son terribles, así como fusilar a gente. Uno le puede dar información a un niño, pero nunca sabrá qué hará con esa información. La educación no es una ciencia exacta.
No digo que los niños sean tontos, ni mucho menos. Qué tontería el que lo piense. Sólo digo que están sobrevalorando en exceso las capacidades de un niño/a de seis años (sobre todo las emocionales). Todos hemos sido niños y todos, sin excepción, somos gilipollas por una cosa o por otra. Esos niños también lo serán, por mucho que les expliquen con seis años que Lorca fue fusilado y Machado se fue al exilio.
El otro día mi sobrino vino llorando porque se enteró de que a los indios les quitaban las tierras. Creo que está preparado para explicarle qué fueron las cámaras de gas.