Fotografías: Ismael Llopis (Momo-Mag)

Entrevistar a Javier Hernáez, Naneh (Madrid, 1967), Armand Anjaumà (L’Hospitalet, 1970) e Íñigo Espinosa (Barcelona, 1973) no requiere de muchas preguntas. Tras encender la grabadora, ellos se lo guisan y ellos se lo comen. La conversación con Especialistas Secundarios fluye animada entre risas y alguna reflexión más profunda sobre lo que está ocurriendo en Barcelona y Catalunya. Pese a que llegan algo tarde a la cita con Negra Tinta en Ràdio Barcelona («la puntualidad nunca ha sido nuestro fuerte», confiesa Armand, el primero en aparecer por la emisora), no pierden tiempo para mostrar sus filias y sus fobias en el mundillo de la comedia televisiva y radiofónica. En SER Catalunya han tenido programa propio durante catorce años, pero la dirección de la cadena decidió no renovar el formato el pasado julio, decisión que encendió a su seguidores en las redes sociales. Sin embargo, no han abandonado del todo el micrófono amarillo: se les puede escuchar de lunes a jueves en La Ventana durante el Todo por la radio el espacio en el que siguen apareciendo sus surrealistas personajes: el IndignaoFreddy MontsenyJavier AvataresAlfonso Séptico, Oriol McGiver

–¿Os acordáis de la primera vez en que os visteis las caras?

Armand Anjaumà: ¿La primera vez que nos vimos las caras? Supongo que fue en Àula Ràdio. Íñigo y yo compartimos clase y al año siguiente entró Naneh. Allí nos conocimos.

Javier Hernáez, Naneh: Nos fuimos conociendo progresivamente, la amistad no fue de golpe.

Íñigo Espinosa: No me acuerdo de la primera vez que le vi la cara a Armand, pero fue en la academia de radio, en el curso de locución. A Naneh lo conocimos en el curso de doblaje.

–¿Llegasteis a la academia con ganas de hacer programas de humor?

Í: Ninguno de los tres… Bueno, Armand sí que quería.

A: Me metí en el tema de la radio porque me decían que hacía gracias y entonces quería formarme.

N: Tú, lo que diga la gente.

A: ¡Exacto! Tenía dos opciones, o meterme en una escuela de cinematografía o lo de la radio, que me parecía mucho menos curro. Quería hacer humor, pero sobre todo quería aprender a hablar y a escribir guiones radiofónicos.

N: Aprender a hablar…

Í: Sí, claro, para perfeccionar esas imitaciones malísimas que hacías de Jesús Puente. Yo me metí en la radio porque era ese momento vital en el que estaba en una universidad estudiando Geología y no me gustaba nada. Lo dejé y me dije que tenía que hacer algo que me molara porque a la universidad no iba.

–¿Por qué elegiste Geología?

Í: Tío, tenía 17 años y no me gustaba nada en particular. La cosa es que en COU hice Geología, me moló la profe, me moló la asignatura y de repente te pasan un papel para elegir qué hostias haces con tu vida. No quería ser ni biólogo, ni matemático, ni físico, ni químico. Estaba estudiando ciencias: me quedaba Geología. No sabía qué era realmente, así que me metí allí. Cuando dejé la carrera me dije que como me molaba la radio quizás me gustaría trabajar detrás de un micro.

N: El nexo es que los tres estábamos en el momento en el que tienes que decidir qué vas a hacer con tu vida. A mí me pasaba lo mismo y, en mi caso, era el último tren. Lo de la radio no estaba en los planes porque yo solamente fui a la academia para hacer cursos de doblaje. Digamos que luego el tiro salió por otro lado. No ha sido raro porque no venimos de cursos de cocina, pero lo que nos ha llevado hasta aquí no estaba en los planes.

A: Supongo que yo lo tenía ahí dormido porque, igual que Íñigo y Naneh, era muy oyente de radio. Gomaespuma, Carrusel Deportivo, Luis del Olmo, Iñaki Gabilondo… Todo eso sonaba en mi casa. Cuando empecé a trabajar en la radio recordé que durante una época grababa programas de radio en casa. Debía tener diez u once años y hacía grabaciones de humor. Obligaba a mis amigos a subir a casa y les hacía entrevistas diciéndoles que hicieran de Bernd Schuster, por ejemplo.

N: Cuando te hacen esta pregunta te tienes que justificar como esos futbolistas a los que hay que buscarles un precedente en la familia.

Í: ¡Era mi sueño de toda la vida!

–Siempre soñé con vestir esta camiseta.

A: Mi madre ya lo decía.

N: Sí y mi madre en la cuna me metía una radio para que me durmiera. Eso queda muy bonito decirlo.

A: Yo tenía mogollón de cintas grabadas de Los 40 Principales. Presentaba las canciones. [Con voz de locutor de radiofórmula] «¡Uau, increíble, level 42…!

Í: ¡Subiendo, subiendo en la lista!

–De ahí salió Virgil Kennedy. 

Í: Claro.

A: También he de decir que esa afición se quedó dormida durante doce o trece años. Era un monstruo que se despertó.

N: Lo que está claro es que el resultado que ha dado este producto después de estos años tiene mucho de muchos programas que hemos escuchado en la radio. Si desmenuzas hay muchas semillas. El tema del ritmo se aprendía mucho oyendo Carrusel o el programa de Arús. Tenemos mogollón de referentes con los que hemos crecido. Sin querer, esas esencias las acabas poniendo en tu propio programa.

–Después de Gomaespuma y Arús vosotros vendríais a ser la segunda hornada de humoristas radiofónicos. 

Í: Hubo ya antes. Creo que el primero que se atrevió a poner humor en su programa –y en esto fue pionero como lo fue en todo lo demás– fue Luis del Olmo en sus tertulias. Tenía a TipEl jardín de los bonsais y varias secciones de humor. Siempre me contaron que el primero fue Luis del Olmo.

A: Gomaespuma al principio era muy minoritario, un programa de culto escondido en Antena 3 Radio.

Í: Gomaespuma fue el aire fresco que llegaba para cambiar el concepto en la radio.

A: Así que somos la tercera generación. Bueno, ya Gila hacía humor en la radio…

Í: Entonces seríamos la quinta. En la radio siempre ha habido humor, lo que pasa es que ha ido evolucionando.

–Os lo decía porque Gomaespuma quizás fueron los primeros en tener un programa de humor entero para ellos solo. Ya no eran la sección desenfadada del magazine

A: Exacto. Arús también tenía su programa.

Í: En Radio Miramar y Ràdio Barcelona estaban Pere Bernal y Ricky Romero, que también hacían un programa de humor. Mi referente claro fue Gomaespuma. Me enamoré de esa gente y los tenía que escuchar cada día. Cuando empecé a hacer humor en la radio con Armand era cierto lo que nos decían: «Gomaespuma de garrafón». Era evidente porque lo que quería hacer era lo que hacían los de Gomaespuma.

A: Yo escuchaba más a Arús porque por horario me coincidía mejor y no había internet en la época para recuperar los audios. Creo que el Arús con leche y las retransmisiones de los partidos del Barça marcaron a toda una generación de catalanes.

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–Fíjate cómo es la vida: entráis en La Ventana para sustituir a la mano derecha de Arús, Sergi Mas. 

A: Para nosotros aquello fue la bomba porque Mas formaba parte del equipo de Arús.

Í: La historia de cómo entramos en la SER fue tremenda. Nosotros éramos oyentes de esa emisora, en mi casa se ha escuchado toda la vida. Pero imagina: tú no eres profesional de la radio y si te llama la Cope, vas allí. Tuvimos la suerte de que nos llamó la SER y dices, «bueno, estaré más cómodo». Entramos aquí porque estábamos en Onda Rambla, la emisora de Luis del Olmo, donde habíamos caído para hacer una sustitución de verano que se convirtió en trabajo para un año entero. Después del segundo verano dijimos: «¿Qué tal si nos pagas?». Luis del Olmo contestó: «Mis cojones». [Risas]

A: Él mismo, no. ¿Eh?

Í: Bueno, Onda Rambla…

–Si te dice Del Olmo: «Mis cojones», te lo piensas. 

Í: Te imaginas unos buenos cojones, efectivamente.

A: Yo creo que Luis del Olmo ni siquiera llegó a reparar en nuestra presencia.

N: Es más: la persona que le llevaba todo el tema le acabó levantando la camisa [Nota del redactor: el administrador de Luis del Olmo en aquella época le estafó].

–¿Qué supone Goyo Prados en vuestra trayectoria?

Í: El hombre clave.

N: La persona que te da la primera oportunidad. Más que trabajar en la radio nos dio la opción de aprender, que es lo que ocurre en los veranos de las emisoras. Él necesitaba muchas horas de relleno y buscó gente totalmente amateur porque no pagaba. Se arriesgó y salió bien la cosa.

A: Nosotros hubiéramos pagado por ponernos delante de un micrófono. Era nuestra primera experiencia en una radio real.

Í: El contraste entre Goyo Prados, el típico jefe que te deja hacer lo que quieras, con el que se lleva el vamos a pasárnoslo bien, y Gemma Nierga, una súper profesional que te exige al máximo, fue brutal. En dos años aprendimos dos cosas fundamentales: a hacer el catre y a prepararnos intensivamente el trabajo. De un día para otro nos llama un tío para decirnos que Sergi Mas no va a seguir. Enviamos la cinta y Gemma nos llama. De golpe estamos firmando un contrato para una radio de primera división en un programa que habíamos escuchado desde los tiempos de Sardà. Estábamos ahí metidos. Fue impactante porque días antes, como no salía lo de Onda Rambla, estábamos convencidos de que volvíamos a nuestro curro en el frankfurt, en la cafetería…

N: Los tres éramos camareros, pero queríamos hacer algo con nuestras vidas que nos llenara de verdad. Sabía que tenía que hacer algo para aprovechar todo mi potencial [sonríe]. Creo que nada de esto ha sido planificado. Fue azar puro.

–¿Especialistas Secundarios nació en una cafetería, igual que Gomaespuma?

A: Realmente nació en la redacción de Onda Rambla. Allí se planificó qué haríamos como grupo. Íñigo y yo sí que llevábamos dos años haciendo un programa en Àula Ràdio. Luego llegó Naneh con la oferta de Onda Rambla y, claro, como era el que la había traído se tenía que quedar.

N: Esto es así. El contacto lo tenía yo y cuando Goyo me dijo que necesitaba un formato de humor para el verano le dije: «Los tengo. No te preocupes».

A: Es decir, si en vez de Naneh el contacto hubiera sido Adolf Hitler, Adolf Hitler sería el tercer integrante de Especialistas Secundarios. Ahí fue donde decidimos cómo funcionaríamos los tres como grupo y donde nació el nombre.

N: Ese verano fue un banco de pruebas para ver si la cosa funcionaba. Podría haber ido mal, pero al no haber presión todo es más fácil. Fue muy divertido, pero cuando ves que la cosa continúa empiezas a vislumbrar la opción de que te lo remuneren y vivir de ello.

–¿Habéis vuelto a escuchar aquellos programas de vuestra época previa de La Ventana?

N: Tengo un montón de cintas de esa época.

A: Escuché en el blog de Radio Chips la primera intervención en La Ventana. La colgó después de que no nos renovaran el programa en Ràdio Barcelona.

ÍQuè vam fer?

A: Ya te la pasaré. Es increíble. Mi voz no es mi voz, la tuya no es tu voz y la de Gemma, tampoco. ¡Qué poco ritmo! Estábamos los tres en el estudio y yo hice de Emeterio. Madre mía. Se hace súper larga la sección. ¡Coño, sí que nos dio rato! La habíamos grabado anteriormente porque no las tenía todas consigo y al día siguiente sí que nos dio directo. Le gustó mucho.

–Era como una madre que no se fía de sus hijos.

Í: ¡Esa es la definición! Era en La Ventana, tío. ¡Para toda España! Y hay que sumarle que Gemma no llevaba mucho tiempo con el programa y aún arrastraba un poco de inseguridad. Claro, no le podía fallar la sección de humor por habérsela dejado a unos novatos. Siempre recordaré las caras de Gemma en nuestros minutos en directo. Yo me ponía tras el cristal para entrar por teléfono y ella estaba con las manos en los auriculares y mirando a la mesa, escuchándonos como diciendo «qué mierda estáis haciendo, hijos de puta».

A: Lo de Onda Rambla está muy bien, pero como aquella primera intervención en La Ventana… Es para volver a escucharlo y ahorcarse.

N: Fue muy duro.

–¿Cuándo os ganasteis a Gemma?

Í: Tardó en estar convencida del todo, creo. ¡Éramos neoprofesionales!

N: Hay que diferenciar una cosa. Que ella no entrara en nuestro rollo no quiere decir que no supiera que nosotros podíamos ser válidos.

Í: Sí le gustábamos, pero estábamos por pulir. Fue rollo Barça: eres buen jugador pero me tienes que rendir desde el primer día.

A: Vete al Sevilla un par de temporadas y allí te fogueas. Lo que hizo después de la primera etapa fue prescindir de nosotros, pero intercedió para pedirle a la casa que nos pusieran un programa propio. Además, consiguió que Roberto Sánchez nos diera una sección en su programa. No quería perder a «esos chicos que se estaban formando». Dos años después nos volvió a recuperar para hacer un concurso y a partir de ahí se convirtió en fan de lo que hacemos.

Í: Cuando saltamos a la radio local heredamos un programa que se llamaba La contraportada y por no cambiar el nombre nos quedamos con ese. A los dos años ya lo rebautizamos como Especialistas Secundarios y nos afirmamos en la franja de 15.30 a 16.

N: El respeto de Gemma y de todos los referentes te lo acabas ganando después de muchos años, muchos gags y mucho picar piedra. Llegar a la radio y ser el número uno desde el principio habría sido muy difícil.

A: Cuando llevamos dos años haciendo La contraportada Lluís Pi nos dice: «Ese nombre huele un poco, ¿no? Es un nombre que no es vuestro, creo que hay que fomentar la marca Especialistas Secundarios».

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–Al final os han hecho todo el trabajo porque el nombre de Especialistas Secundarios tampoco es creación vuestra.

Í: Fue Goyo el que tuvo la idea.

N: Viene de Protagonistas Secundarios, que era la primera intención, pero Goyo nos dijo que no porque esa opción era tocar el nombre del programa del jefe de la casa y aunque era verano…

A: Goyo nos dijo que como muchos de los personajes que aparecían por allí lo hacían en calidad de especialistas, ¿por qué no Especialistas Secundarios? ¡Pues vale!

Í: La cuestión es que cuando pillamos ese programa a las 15.30 pensábamos que no nos iba a escuchar nadie porque era la hora de la siesta.

–¿Cómo habéis aguantado catorce años haciendo un programa diario?

Í: Porque es trabajo.

A: Es como tener una panadería. Era muy de oficio, muy nuestro, de artesano. Nuestro rollo, nuestro estilo y nuestras piezas. Te lo tomas como si fuera tu panadería, no te planteas qué haces allí.

Í: Te gusta y no vas a la panadería obligado porque es el negocio familiar. Hemos aguantado porque nos mola. Tiene mucho más de mecánico de lo que la gente piensa. A tal hora tienes que tener un programa hecho. Bajas al estudio y todo está montado. Te levantas cada mañana para currar.

–¿Nunca ha habido presiones sobre qué tipo de humor teníais que utilizar o sobre qué cuestiones se podían o no tratar?

N: En esta casa, que se tiene que contar todo lo bueno y todo lo malo, en ese aspecto no hemos tenido nunca ningún tipo de censura. Han respetado bastante.

A: En nuestro programa, no. Cuando hemos trabajado para otros, evidentemente el jefe te dice que intentes tirar por aquí o por allí, que acortes los gags por el límite de tiempo.

Í: A nivel empresa nunca nos han dicho que no toquemos un tema. Lo único, con las palabrotas. Es el único tema delicado. Pero bueno, sabes que normalmente los jefes no escuchan la radio. Tienen cosas mejores que hacer, gintonics y todo esto. Te escuchan un día y te dicen: «Coño, cuántas palabrotas has dicho hoy». Pues imagina, las mismas que el lunes, el martes, el miércoles…

Guillermo Fesser nos contó que Juan Luis Cano y él buscan la risa restando importancia a los temas trascendentales y convirtiendo en trascendentales las pequeñeces de la vida. Después de escuchar vuestro show durante bastante tiempo creo que habéis seguido un camino parecido.

Í: Tampoco nos hemos planteado nunca qué vamos a hacer como para darte una definición como la que te dio Fesser. Nos ha salido así.

A: Yo tengo una definición muy esnob que es parecida a la de Fesser: es buscar lo asombroso de lo cotidiano y lo cotidiano de lo asombroso. Es decir, cogemos a un extraterrestre, que ya es asombroso, y hablamos de su parte más cotidiana como recogedor de cerezas en el Valle del Jerte. Hablamos de un señor normal que tiene un taller de confección y resulta que es el que cose las esvásticas para Hitler. Es buscar ese contraste. Eso es lo que aprendimos de Gomaespuma.

–¿Qué os ocurre con Mollet del Vallès?

Í: Salió por sonoridad pura. Fue creciendo. Hubo una época en la que era Sant Llorenç de la Muga. Nos ha dado por pueblos así para utilizarlos en nuestros gags. Al cambiarlo ya por Le Mollet quedaba como muy cachondo afrancesar el nombre de un pueblo tan cutrazo. Le Mollet: ¡si es que suena bien, suena bonito!

A: Antes era Parets. Eso nace porque la hermana de un amigo, que era de l’Hospitalet como yo, se casa y decide irse a vivir a Parets del Vallès. No tenía ni puta idea de dónde estaba aquello. A mis 19 años, después de que me invitaran a la casa, seguía sin entender por qué alguien en su sano juicio se iba a Parets del Vallès a vivir.

N: ¿Pero qué te pensabas, que aquello era Venice Beach? ¿Con ese nombre no te daba algún tipo de algo? ¿No lo intuías?

Í: Eh, que puede sonar a pueblecito cercano a Vielha con río y todo.

A: Cuando fui para allá pensé lo mismo que pensaba cuando iba con mi padre a comer a un restaurante de Abrera. ¿Por qué alguien viviría en Abrera? Usábamos Parets como el retiro dorado de cualquier persona.

Í: Ahí quiero morir.

N: Tenemos que decir que no somos muy justos. En verdad, Mollet y Parets no son pueblos tan feos.

A: Joder, yo vengo de Bellvitge, que es el sitio más feo del mundo. Solo sirve para rodar películas sobre la antigua Checoslovaquia. Para eso es perfecto.

Í: En Mollet nos cogieron cariño.

N: Este septiembre hemos hecho el pregón de Viladecans, pero el de Mollet también nos lo ofrecieron, lo que pasa es que era en pleno agosto y entonces estamos de vacaciones.

–Muchos de los personajes que creáis, sobre todo los que son catalanes, recuerdan mucho a la Barcelona de los 80.

Í: ¿Montalbán, no?

A: La Barcelona que el pensamiento único ha apartado, la Barcelona que ya ha dejado de existir porque todo aquello de Makinavaja, de la ciudad a la que escribió Mendoza, es ahora un rollo turístico.

Í: Este verano me leí uno de Montalbán, de los típicos, típicos que hablan de la Barcelona en la que los Juegos Olímpicos son algo muy inminente y me resultó muy romántico leer aquella historia. Si te acuerdas de aquella Barcelona, claro. Es que nosotros tenemos ya una edad. La gente de 30 años no se acuerda de aquella Barcelona porque eran unos niños entonces. Mi novia tiene 32 años y cuando me pongo en plan abuelo cebolleta por la Barceloneta y le digo que en esa manzana yo he jugado a fútbol porque en mi niñez era un descampado, ella no me cree.

N: Quizás los que son de una generación por delante de la nuestra sí que lo vivieron del todo, nosotros estamos en la frontera. Por ejemplo, cuando el verano del 92 yo estaba haciendo la mili (porque yo hice mili).

A: Bueno, ahora todo aquello de la Barceloneta, donde estaban las tabernas a las que se iba a comer sardinas, es más limpio. Evocamos aquella Barcelona antigua con nostalgia porque cuando tienes 19 años y vas borracho todo es guay.

N: Lo que se echa de menos es por causa de la pérdida de identidad de la ciudad. Evidentemente que Barcelona tenía que evolucionar, convertirse en una ciudad más limpia y ordenada. Pero las cosas podrían haberse hecho de otra manera, con Olimpiada y todo. El problema es en lo que ha derivado el modelo.

Í: Pero la Barcelona del 92 era muy molona. Y durante los años posteriores siguió siendo muy chula. La ciudad se abrió al mar, pero Poblenou y el Raval seguían teniendo personalidad de barrio.

A: Era una Barcelona canallesca que se mezclaba con el diseño y la modernidad. Aquello mezcló bien. Ahora, en cambio, es una ciudad de rutas turísticas, bicicletas por todos lados, paseos preciosos, turistas-patinadoras, una ciudad donde todos somos del Barça y del procés.

–¿Cuándo cambió?

A: Con todo el pelotazo urbanístico de los 90, cuando empieza a llegar dinero a saco a España y Catalunya. Se edifica por todos lados y las autoridades empiezan a ver la opción de crear una marca comercial que dé dinero. Entonces empieza todo a cambiar: tanto las normas ciudadanas como los edificios.

N: Pero es la gente la que cambia. No es porque sea de Madrid [llegó a Barcelona con doce años], pero siempre se hace la comparativa entre las dos ciudades y Madrid ha guardado, quizás por la composición tan plural de la ciudad, una autenticidad que aún se conserva. Aquí, tal vez por pensamientos únicos e historias más políticas, es más fácil que Barcelona se haya uniformizado. Tiene debate esto.

Í: Madrid recibe a gente de España, pero Barcelona está más abierta a Europa. Entra mucha influencia extranjera. Según quién, podrá decir que esa autenticidad que conserva Madrid puede ser considerada decadencia.

A: El rollo ese de que Madrid es una ciudad con más ambiente yo lo veo así: aquella es una ciudad de paso para cientos de miles de personas, gente que es de Asturias o Andalucía y van allí a pasar uno, dos o cuatro años para estudiar o trabajar. Van sin ambición de echar raíces aunque luego se queden.

N: En Barcelona se ha puesto de moda el perfil del Erasmus, lo que ha ayudado mucho a convertir la ciudad en un escaparate turístico.

–¿Barcelona es una ciudad con mucho más atractivo que Madrid, pero que se pierde por querer venderla como un souvenir?

Í: Es que es un souvenir.

A: Alguien dijo –y me encantó la definición– que Barcelona es más guapa, pero Madrid folla mejor.

N: Barcelona huele a suavizante y Madrid huele a pachuli.

Í: Barcelona no folla la primera noche y Madrid te está comiendo el nabo a los diez minutos.

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Marc Caellas, el autor de Carcelona, explica en su libro que la opresión que se vive en Barcelona está en el aire, no se puede palpar físicamente, pero obliga a los ciudadanos a ser cívicos y tragar con el turismo masivo que inunda el centro hasta volverlo impracticable día y noche.

Í: Es una postal. Pero Caellas tiene la ventaja de que se fue de Barcelona e iba regresando cada tanto. Si te veo cada día no sabré si has engordado, pero si viene uno de fuera notará que has ganado tres kilos. Nosotros no podemos tener esa visión externa. Creo que no somos conscientes realmente del cambio que ha pegado Barcelona. Esto ya es una postal para guiris.

–¿Qué os parece Guanyem Barcelona?

N: Cada uno tiene una opinión.

Í: Todo lo que suponga menear las cosas y hacerle ver a la gente que así no podemos seguir me parece bien porque hay mucha queja, la gente está indignada pero alucino porque entre PSOE y PP siguen teniendo la mayoría. Eso lo dicen las encuestas. Cualquier iniciativa, sin profundizar mucho en qué me están diciendo entre líneas, me parece cojonuda. A Ada Colau hay que reconocerle que es un referente en agitar, al menos en Barcelona, esta situación.

N: Yo haría diferencias entre Ada Colau y Pablo Iglesias. Una cosa son los desahucios y otra formar directamente un partido político. El origen es distinto: en el caso de la PAH tiene un punto de partida que está muy bien, es una resistencia ciudadana a un problema concreto. De ahí al discurso que pueda tener Podemos discrepo en muchas cosas.

A: Pero el rollo es el mismo. Desde una situación muy injusta para miles y miles de personas –por problemas diferentes– ese movimiento se extiende hasta formar un partido político. Los botines y compañía no van a permitir que se hagan las cosas de otra manera, pero el camino está empezado.

Í: Tienen en común el «no nos quedemos callados, protestemos, no nos conformemos y no nos dediquemos a votar cada cuatro años». Entre elecciones y elecciones se le tiene que decir a los políticos que lo que está pasando no es justo. Y no solo lo decimos, también tomamos iniciativas para que deje de pasar. Eso es lo que comparten Ada Colau, Pablo Iglesias y mucha más gente que se está organizando.

–¿Qué no te gusta de Podemos, Naneh?

N: El punto de partida es lo clave. ¿La política se puede hacer de otra manera? Obviamente. Tenemos unos políticos que dejan mucho que desear. Ahora, lo que no se puede es confundir a la gente. La política tiene unos parámetros y quien llegue al poder los va tener que asumir. A mí no me gusta que me vendas una peli o que estés siendo populista al decir que las cosas pueden ser maravillosas cuando no es así. El origen debe ser la justicia. Lo que no puede ser es que los banqueros y políticos que han hecho de las suyas se vayan de rositas. Ese es el punto más importante. En la base de cualquier sistema tiene que haber justicia, ladrones ha habido toda la historia. Lo que no puede ser es que todo esto quede impune. El principio básico de cualquier democracia es que quien la haga, la pague. Vender que la política no es sucia… No nos engañemos. Estamos sumidos en un totum internacional del que salirse es muy difícil.

Í: Pienso que la gente se obsesiona mucho, y es normal, con que nos roban ya que vivimos en un estado de corrupción. Es un tema importantísimo, pero sí se puede demostrar que hay otra forma de hacer política. Los políticos tienen que rendir cuentas cada día. Deberían dar explicaciones siempre. No solo es la corrupción la jodienda del sistema; lo que lo pudre es que ellos creen que les damos carta blanca para hacer lo que les dé la gana. La corrupción no es solo económica, es moral. Es la corrupción de un presidente que nunca da la cara. Lo mismo hacen bastantes alcaldes y regidores.

N: La buena gestión se le presupone a un político. Yo no puedo estar persiguiendo a un político para que haga bien sus cosas, ya doy por hecho que yo te presto mi voto y te doy mi confianza para que hagas esa gestión.

Í: Yo creo que sí tienes que estar encima del político. Porque yo te haya votado no tengo por qué creerme que vas a hacer bien tu trabajo.

N: Entonces estaremos cambiando de gobierno cada día.

Í: No cambiando, diciéndoles qué hacen mal y qué hacen bien. Esto de saltarse por defecto el programa electoral es bochornoso. Nos dicen una cosa antes de las elecciones y al tercer día hacen lo contrario. CiU hizo eso. El ciudadano debe hacer seguimiento día a día de la labor del político.

A: Yo creo que cuando Felipe González nos mete en la OTAN fue cuando se empezaron a incumplir los programas electorales. Estamos tan acostumbrados a que se los salten a la torera que escuchar a un político en la tele provoca una indiferencia general en la ciudadanía. Otro problema de España y también de Catalunya (que es como una España en pequeñito) es el sectarismo. Aquí es unos y otros. No hay término medio y la convivencia es inviable para la mayoría de la gente. Estamos viendo cómo nos están arrastrando en Catalunya.

–¿Cómo calificaríais el clima político que se respira en Catalunya desde hace un mes?

A: Lo que pensabas que no pasaría nunca está ocurriendo. O eres un buen catalán o eres un mal catalán.

Í: Es preocupante por la falta de respeto que se genera. El problema cuando se intercalan PSOE y PP es la ausencia de equidistancia. Le explicaba a unos colegas el tema de las concesiones de radio, que ha sido vergonzoso. Me dijeron que «cuando mandaban los socialistas»… Pues no. No es lo mismo. Con los Telediarios del PSOE la gente se podía quejar pero eran unos informativos dignos presentados por gente como Lorenzo Milá. Cuando manda el PP no hay equidistancia. Son indecentes las noticias de La 1. Ahora, en Catalunya a la gente que no es de la cuerda no se le respeta.

–Fuisteis parte de la generación que se dividía por tener hipoteca o alquiler. ¿Ahora Catalunya se divide entre los que apoyan y los que rechazan la independencia? ¿Por qué es tan difícil encontrar caminos intermedios?

A: Porque no les interesa ni a unos ni a otros.

–No hablo de partidos, me refiero a las personas. ¿Por qué necesitamos adscribirnos a una idea?

A: Porque así todo es mucho más fácil.

Í: Realmente, creo que el camino mayoritario es el que está entre los dos radicalismos, pero se escucha mucho más a los extremos. En realidad, si te paras a pensar, habrá dos tipos de personas entre los que irán a la V [Nota del redactor: la entrevista se desarrolló el 11 de septiembre al mediodía]. Los que lo harán por cuestión identitaria y otros muchos que irán por cosas coyunturales como la cuestión económica. A muchos de estos últimos los meto en un camino intermedio. Si se les escuchara y se respetaran sus demandas ese grupo vería que ir a la V a pedir la independencia no es la única solución posible.

A: El ruido de los independentistas es muy fuerte. Tienen todos los medios: televisiones, prensa y radios. A la V se han inscrito medio millón de personas, que es una barbaridad, pero cuando votamos en Catalunya somos varios millones los que estamos llamados a las urnas. El que está realmente convencido de la independencia de Catalunya se inscribe en estas manifestaciones, pero muchos podrían cambiar de opinión si hubiera ganas de negociación por parte de Madrid.

N: Cuando uno no sigue ninguna de estas dos corrientes mayoritarias en su interior comienza un discurso identitario muy fuerte. Estar en medio es lo más difícil. Si no estás de acuerdo con ninguna de las dos partes, esa decisión de no alinearte requiere de mucha reflexión. Además, el debate con unos y con otros no es muy limpio. Lo mismo te acusan de anticatalanista como de catalanista. Es muy incómodo, tío. Es una putada haber llegado a esto. Tienes que estar siempre discutiendo.

A: Cuando sales de Catalunya tienes que defender que haya gente que no quiera formar parte de España.

Í: No se puede obviar que hay un problema que cada día es más gordo. Ya veremos cómo se soluciona. En mi opinión esta situación se da porque no permiten comprobar qué votaríamos. Hay que decidir en las urnas para desencallar el problema. El argumento contra Madrid es que no nos dejan decidir. Bueno, que nos dejen decidir y luego se piensa qué se hace en función de lo que haya expresado la gente. Lo que no puede ser es el no tajante del Estado.

N: El problema es que primero hay que ajustar la ley.

Í: Cuando quieren la cambian sin problemas.

N: Los que nos están gobernando no tienen la catadura moral suficiente para llevar adelante un proceso de este calibre en el que se tendría que cambiar la Constitución para celebrar el referéndum. Es verdad que ya la manejan a su gusto en otras ocasiones, pero en este caso el cambio no sería para favorecer a los de siempre.

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–Hace unos diez años se empezó a hablar del ambiente crispado de los medios y del tono guerracivilista con el que se expresaban algunos periodistas, sobre todo en la radio. Se señalaba a Pedro J. Ramírez o Jiménez Losantos por ser demasiado exaltados. ¿Vosotros que lleváis más de una década en las ondas quién creéis que ha hecho lo contrario?

Í: Gente como Gabilondo. No es porque sea de la casa pero creo que es el referente de persona sosegada, respetuosa hasta con Jiménez Losantos. Tiene su opinión, la manifiesta, sus líneas éticas son las que son, pero nunca le podrás acusar de aumentar la crispación.

AMaruja Torres, [Javier] CercasEnric González y algún otro dan una opinión bastante sensata de lo que está ocurriendo.

N: Desconfío más de los creadores de opinión que de los medios de comunicación. Son demasiado tendenciosos. Ves que algunos intelectuales catalanes están por la labor de la independencia porque están únicamente al servicio de esa opinión. Quieren generalizar las cosas y tienen gran responsabilidad porque crean opinión desde los medios. Creo que muchas veces se muestra una postura predeterminada. En la medida en que los medios están comprados por el poder, ahí tienes la respuesta. Al que se sale del guión le borran.

Í: Pero tú preguntabas por el tema de la crispación. Volvemos a la falta de equidistancia. No es lo mismo lo que se oye en un sitio que en otro respecto a la gente que no piensa igual. En la SER, que me da igual lo que haga con su línea editorial, nunca he escuchado ciertas formas de expresarse.

N: A mí no me importa el cómo tanto como el qué.

Í: Que no se mienta me parece también vital, claro.

N: Podemos vivir todos con esa falsa educación, nos respetamos y está muy bien para el día a día, pero lo que se dice por debajo es lo importante porque es lo que acaba influyendo. Me da igual que uno venga insultándome y otro con buenas palabritas cuando los dos pretenden engañarme.

–¿Para qué sirve ese bloque radiofónico de humor llamado Todo por la radio además de para echarse unas risas?

N: Tiene una de las secciones de política más sanas que pueda haber.

Í: Acentúa la ridiculez de nuestra política y eso es muy sano y necesario para que la gente a la que le dé un poco de palo este asunto se dé cuenta a través de los cuatro cortes de voz de Toni [Martínez] de lo inútiles que pueden llegar a ser los políticos. La diferencia es que en vez de enfadarte al escucharlo te estás riendo.

A: Pero al mismo tiempo te indignas… aunque sea con una sonrisa. Lo que hace Toni es maravilloso, todo el mundo debería escuchar esa sección porque deconstruye perfectamente a los políticos de todo los colores. ¿La SER solo pega al PP? No, no, no. Él da para todos lados.

–Valenciano y Rubalcaba han recibido de lo lindo.

A: Y ahora está con Pedro SánchezMas se ha llevado lo suyo también.

N: Si tu punto de partida no va a ser tendencioso ni nadie te está diciendo por detrás que digas según qué cosas, podrás repartir para todos. Joder, es que hay material para sacarle las vergüenzas a todos los partidos.

Í: Toni utilizaba un detalle mínimo como recurso, pero que es la hostia. Estaba metiéndole caña al PP con Montoro y tal y cuando acababa de hablar del PP decía: «Y mientras tanto el PSOE… tirurín«. ¿Qué hacéis? ¿No hacéis nada? Solo con ese efecto de sonido ya lo decía todo.

A: Toni es como los grandes viñetistas que en una sola viñeta dicen mogollón. Él hace lo mismo en solo diez minutos de radio. La sección en general es para pasárselo bien, para reírnos.

N: Él luego tiene una opinión como persona, no como humorista. Hablamos muchas veces del tema y con según qué cosas está espantado, pero su ejercicio es no dejarse guiar ni por su miedo ni por su mala leche. Hace una catarsis buena, se limpia con el humor. Podría hacer una radio combativa, tipo Carne Cruda en un momento dado, pero él no lo hace así.

A: Lo principal es el humor, si lo prioritario es el mensaje, el humor pierde.

–¿Qué os parece el programa de Gallego?

A: Combativo. Creo que necesario. Tiene que haber este tipo de programas, es lo que decía antes de los movimientos asamblearios. Necesitamos programas que digan cosas y hablen de las injusticias del país. España es un país de mierda, un país que da asco. Catalunya también es un lugar de mierda. Alguien tiene que decir lo que está pasando.

Í: A Gallego le preguntas si prefiere hacer gracia o adoctrinar y enviar su mensaje y seguro que te dice que prefiere lo segundo. Se nota mucho.

A: Pasa como con el humor que se hace en TV3. Se nota rápido que hay bilis contra España.

–¿A qué programa de TV3 te refieres?

A: En Polònia y Crackòvia lo han arreglado bastante, pero los malos son los malos y los buenos son los buenos. Aunque sí es verdad que a la larga salen ridiculizados todos.

N: La elección de hacer un humor combativo está muy bien, pero te obliga a ser combativo siempre. Lo que no puede ser es que después, cuando cambie el gobierno, dejes de combatir porque los que estén en el poder te caigan bien. Por eso el punto de partida de Toni de repartir ya de inicio y de olvidarse de ataduras personales y políticas es muy bueno.

Í: En el APM?, que es un programa genial y redondo, solo hay una pieza que no me mola, que es cuando se habla de fútbol. Ahí se les ve la cerrazón y la mentalidad provinciana. Se les ve la bilis. Como estamos haciendo una pieza de deporte me cebo a saco. Pierde la gracia.

A: Por eso los futbolistas del Madrid son unos retrasados mentales, pero escuchas hablar a los del Barça y también son un poco…

N: En el fútbol tampoco te puedes dejar llevar del todo.

A: Yo soy del Barça, muy culé y sufro mucho, pero me chirría mogollón el pensamiento único, cuando en TV3 es Barça, Barça y Barça. Constantemente. Hasta los entrenamientos te sacan, hay un menosprecio absoluto por el Espanyol. Es como si no existiera.

N: Porque el fútbol y el Barça es una de las correas de transmisión para el proyecto. Siempre lo ha sido. Ahora en el Barça están un poco ahí a ver si apoyan el tema.

–El Barça precisamente no estuvo entre los cientos de entidades sociales que apoyaron el proceso independentista hace unos meses.

A: No hablo de la ligazón política, me refiere al rollo ese de que si estás en Catalunya tienes que ser del Barça.

N: No solo eso. Es ser del Barça y ser contrario a algo más. Eso va así.

Í: Yo también soy culé, pero mi hermano y muchos amigos son del Espanyol y no son ni fascistas ni nada sobrenatural. Cuando pitan las derrotas del Espanyol en el Camp Nou alucino, ¡pero si no es vuestro rival y es otro equipo de la ciudad! Son las típicas cosas de vecinos un poco chorras.

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–Volviendo a Carne Cruda se da la circunstancia de que este verano tanto ellos como vosotros habéis abandonado la SER, aunque el sello de Especialistas Secundarios permanezca como colaboración en La Ventana.

Í: Hay una diferencia. Creo que ellos se han ido y a nosotros nos han echado. Tengo entendido que ellos no llegaron a un acuerdo con la SER y decidieron irse. A nosotros se nos echó.

AJavier Gallego dejó claro que había sido decisión de ambos. La radio no quería lo que ellos proponían y se marcharon. Más o menos fue una separación amistosa. Realmente, quizás pasaron otras cosas, pero lo que ha hecho público es eso. Nosotros seguimos vinculados a la SER, pero es en Ràdio Barcelona donde ya no quieren que hagamos el programa. Ya está.

–¿Fue un golpe inesperado que no renovaran un programa que llevaba catorce años en la parrilla catalana?

Í: En los últimos dos o tres meses se veía venir.

A: Incluso el último año.

Í: Ha habido cambios de dirección y ahora está mandando una gente que tiene una opinión y no la ha ocultado. Sutilmente, se ve por dónde quiere tirar y nosotros no conectamos con esa idea. No cabemos ahí. Inesperado siempre es, nunca te esperas que te quiten el programa.

A: Lo que más nos ha sorprendido es que no se haya encontrado otro hueco para que Especialistas Secundarios no desaparezca de la parrilla. Somos un programa que llega a gente muy diferente. En nuestra cuenta de Twitter nos retuitean personas que tienen de foto de perfil la bandera de España y otros que se ponen una estelada.

N: Y encima es un humor que alcanza a todo tipo de edades, desde la abuela hasta el estudiante de Secundaria.

–Hicisteis parodia de Sito Pons con un personaje llamado Sipo Tons. ¿Podríais haber hecho lo mismo con Emilio Botín?

Í: Sí, totalmente. Hemos hecho coña de todo, del Papa, del Rey, de todo.

N: Ahí está la habilidad del humorista, saber cómo te metes en el asunto. Toni lo hace en el Todo por la radio, se acerca con una perspectiva tan ingenua, naif y desenfadada que parece que no hace daño, pero está enviando cada pepinazo que no veas. Decir que Botín era un hijo puta no está currado ni tiene mérito. Hacer lo que hacía La Codorniz en tiempos del franquismo sí que te exige mucho pensamiento.

–Vuestro humor, como el de Javier Coronas, es muy abstracto. Casi surrealista. A mí me recuerda al que se usa en las primeras películas de José Luis Cuerda, aunque en cierta manera no dejáis de hablar de lo que pasa en nuestros días. 

Í: No nos cortamos en dar hostias, pero no es predeterminado. Metemos cuñitas en cada gag, según se nos van ocurriendo.

N: En los miles de guiones que hemos hecho subyace una crítica grande.

Í: Lo difícil, por ejemplo, es ser Dani Mateo y meterse con Vodafone cuando esa compañía patrocina hasta el nombre del programa. Pero nosotros no vamos a estar pensando en si la SER le debe la vida al Santander.

–Curioso es que las marcas ya no solo patrocinen campos de fútbol o festivales de música. Ahora se han pasado a las paradas de metro y los programas de radio.

Í: Joder, es que si tú vas a ofrecer tu producto a una radio lo primero que te preguntan es quién está detrás poniendo dinero.

N: Mira, en la radio informativa sí que ha habido el conflicto de que un banco te esté pagando una cuña publicitaria y acto seguido haya que hablar de hipotecas y desahucios. Eso es delicado.

A: También es verdad que nosotros hablamos de la realidad desde el punto de vista que conocemos: un tipo que tiene una tienda, un matrimonio, una profesora… Nosotros no podemos hacer humor hablando directamente de la subida de la luz. Hay que estar muy formado para ello y saber cómo funcionan las leyes, los convenios con las eléctricas, las trampas y los entresijos de la política. Por eso Toni Martínez puede hacerlo. Nosotros somos humoristas, comediantes de radio, por ponerle apellido, no periodistas que hacen humor. Él estuvo en El Guiñol, pero lleva 30 años haciendo información. Nosotros no podemos hacer humor sobre la inmigración si no sacamos a un tipo que se ha tenido que ir a Austria a hacer de cuco humano. Lo que dominamos es lo cotidiano.

–¿Qué cambió en vuestro paso por la tele?

Í: Todo. Excepto en Localia, que fue como hacer la radio televisada, con libertad total y sin intermediarios. En todo lo demás se ha perdido el control de lo que estábamos haciendo.

A: Es mucho más farragoso, interviene mucha más gente que opina. Trasladar una idea que has escrito a la radio es tan fácil como buscar cuatro efectos y una música. En la tele, no. Allí tú tienes una idea y se la tienes que pasar al director, al técnico de luz, al montador… Cuando te vuelve la idea, el gag está muy cambiado.

N: Más que problemas técnicos, lo que hay en la tele es mucha gente que sabe qué es lo que funciona y luego resulta que no es así.

Í: El drama de la tele es que un directivo que hasta hace un año era responsable de ventas de Coca-Cola o Nike es fichado por una productora y te dice que tu guión no hace gracia. Oye, tú eres un directivo, no un guionista. En la tele lo que hay es intromisión de profesiones.

A: Gente que no ha escrito un chiste en su vida te dice cómo tiene que ser el chiste. ¡Yo no voy al electricista y le digo: «Ey, que esa bombilla no está bien puesta»!

N: Y luego el 70% de los programas que idean les salen mal.

A: El perfil es de un tío que el año pasado estaba en otra cadena y le echaron, lo mismo que le pasó hace tres años, cuando estaba en una tercera cadena.

Í: Tuvo un pelotazo porque le funcionó Master Chef y de eso vive para siempre. Contra eso no puedes luchar. Esto pasa por la dictadura de la audiencia. Están calculando minuto a minuto qué ha funcionado y qué no.

A: Si hay un valle en el minuto en el que tú has salido, ya no sales más.

–Hablemos de Uau, el late que hacéis con Santi Millán. ¿Cuánto tiempo estuvisteis en el programa?

A: En antena muy poco tiempo, pero trabajando en el formato un año entero. Él se puso en contacto con nosotros el verano antes de comenzar a emitir el programa.

Í: El Uau es el ejemplo de lo que ocurre en la tele. De lo que empezó a ser a lo que fue, por lo que nos llamaron a lo que acabamos haciendo nosotros tres… Todo parte de que Cuatro nos propone hacer un morning a nosotros solos. A la cadena le gusta nuestro formato, pero como la mañana no da dinero deciden pasarlo a la noche con una cara conocida al frente. Santi [Millán] que es el jefe de la productora con la que estábamos montando el asunto, que solo iba a dirigir el espacio, se pone delante de la cámara. Entonces Uau deriva de un programa de humor con el sello de Especialistas Secundarios –de hecho, éramos nosotros los guionistas de todo el programa– a una especie de Crónicas Marcianas mezclado con Tómbola y cualquier otro engendro.

A: Santi no quería hacer antena, quería estar detrás. Su productora se acercó a nosotros porque Cuatro estaba interesada en que hiciéramos algo para ellos. El resultado de los pilotos fue bastante bueno: nosotros escribíamos y él nos guiaba.

Í: Luego, en la productora Zoopa no se fían de ellos mismos y se alían con Jorge Salvador y Pablo Motos y se convierte el programa en lo que fue. Y luego está el consejero delegado de Cuatro, el no sé qué de no sé cuántos… Se va sumando gente y aquello se convierte en un despendole. Gente viniendo a la mesa y diciéndote cómo tienes que hacer las cosas.

–¿Por qué Santi Millán, que quería hacer un programa con personalidad en un principio, se va amoldando a todos esos cambios?

A: Por la pasta.

Í: Él pierde el control también. Se lo saltan.

N: En esa productora hay dos cabezas visibles. La ejecutiva y la artística, que es Santi. Aunque la empresa es de los dos, es el director ejecutivo el que tiene que hacer las cuentas.

Í: Santi acaba siendo la víctima.

A: Y la propia productora. Cuando a Santi le dicen que hiciéramos un late y que él se tiene que poner delante de la cámara, nos junta y nos explica que nada cambia, que el núcleo duro vamos a ser nosotros. A la que ya empiezan a entrar más productores, Zoopa empieza a perder el control y encima comienza a tener la necesidad de sacar rédito porque lleva meses invirtiendo dinero a fondo perdido. Paga técnicos, guionistas, actores… Claro, la productora no puede echarse atrás después de haber invertido tanto dinero. Se van amoldando y al final sale el producto que quiere Cuatro.

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–¿Os vais u os echan?

N: Nos echan.

A: Al mes y pico de estar en antena.

N: Lo que no puede ser es que en un proyecto en el que te lo has trabajado todo desde el principio tú seas la primera víctima.

A: Realmente fuimos la segunda víctima. Antes se cargaron a una de vestuario. Aquella señora mayor fue la primera a la que botaron [risas].

Í: Pasó lo lógico. Desde el primer día ves que si tiene que saltar una sección, es la nuestra. La media de Especialistas en antena era de minuto y medio. Si estás pagando tres sueldos, un hotel de cinco estrellas en Madrid y salimos un minuto o cero… No es raro que fuéramos los primeros en saltar.

A: Nos obligaban a hacer intervenciones que ni escribíamos nosotros. Disfrazar a Íñigo de negro para ponerle a hacer chorradas y justificar un poco el sueldo.

N: Creo que fuimos utilizados por completo, aunque cada uno tiene su opinión en este aspecto.

–¿Qué humor televisivo os gusta?

N: Lo que siempre me ha atraído ha sido Muchachada Nui. Dio la casualidad de que cuando empezamos a hacer lo de Localia –y me consta que ellos miraban también lo nuestro– ellos comenzaban en la Paramount. Su plataforma fue muy potente porque pasaron de estar allí a ir a La 2.

–¿No habéis notado diferencias en su humor al saltar a Antena 3 con Museo Coconut?

Í: Probablemente alguien de Antena 3 les dijo que lo que hacían en Paramount y en La 2 estaba muy bien, pero que tenían que cambiar el formato.

NMuseo Coconut no me gusta tanto como los programas del principio.

Í: Pero la esencia la mantuvieron.

AAPM? también me gusta.

Í: ¡Buah! A mí Faemino y Cansado cuando hacían El orgullo del Tercer Mundo, pero eso no cuenta porque era teatro en la tele.

A: Estoy pensando y me cuesta encontrar referencias actuales.

–Da la impresión de que el formato de programa de sobremesa en el que se juntan cuatro monologuistas está sobreexplotado. Nadie inventa nada nuevo. En el fondo son hijos bastardos de El Informal.

Í: Han probado suerte un montón de programas de sketches, vídeos y chistes leídos en el teleprompter y siguen insistiendo con el formato. Luego está El Intermedio, si lo consideras un programa de humor, claro.

–¿Wyoming estaría más cerca del Todo por la radio o de Carne Cruda?

A: De los dos, aunque le preocupa más la risa. Wyoming quiere dejar claro el mensaje político, pero tiene cuidado por los chistes que usa.

Í: Lo que tiene su programa son unos guionistas de puta madre. Él es la cara que cuenta los chistes.

–¿Esa transversalidad como producto de radio la representáis porque todo os lo hacéis vosotros?

N: Nosotros nos lo guisamos y nos lo comemos. Eso es una ventaja, pero también un inconveniente. Tú conoces tu material como nadie y nadie mejor que tú para crearlo y hacerlo, aunque a veces puedes ir un poco justo. La Competència tiene de lo mejor en cuestión de guionistas.

–Vamos a hacer un repaso de algunos compañeros de profesión. Empecemos por Juan Carlos Ortega.

Í: Genio. Como persona y como humorista.

N: Padre y tótem.

A: Un tipo con una capacidad de trabajo impresionante. Un tío absolutamente fenomenal. Es heredero directo de Mihura y Gila.

N: Curiosamente, muy poco valorado.

Í: Sí lo está, el problema es que ese humor no va a llegar a toda España. Es minoritario. Es como Faemino y Cansado. Están valorados justamente, pero no van a hacer un programa de prime time en La 1 ni en Antena 3 ni en Cuatro. La gente sigue más a Mota y a las imitaciones. Lo mejor que le puede pasar a un humorista es aceptar que lo que hace no es para todo el mundo.

–¿No se puede llegar a rozar el esnobismo?

Í: No. Tú no lo haces para que sea minoritario. Haces lo que quieres y te gusta y luego te sigue la gente que se ríe de lo que propongas.

A: Esnobismo es hacerlo deliberadamente para que se rían cuatro o cinco. Ortega creo que hace un humor para que se ría la gente en general, no busca un perfil determinado. Uno me decía: «Ortega hace más pensar que reír porque es muy brillante con sus reflexiones».

N: El humor llega a todo el mundo, otra cosa es que no te acabe gustando como a mí no me pueden gustar Los Morancos, por ponerte un ejemplo. Te gusta o no te gusta y no sabes muy bien por qué. Cuando te dicen que algo no funcionaría en la tele no sabes realmente si podría funcionar o no. Si quieres enseñarle algo a la gente tienes que apostar por el humor diferente.

Í: La diferencia es que un chiste o una imitación es de rápido consumo. Es directo a la vena y eso llega a todo el mundo. Sin embargo, un humor que te exija un pequeño esfuerzo –y no por intelectualidad, eso de que es humor inteligente es mentira– es más difícil de consumir.

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–Fesser nos dijo que España, pese a tener fama de país de comediantes, tiene muy poco sentido del humor.

A: La gente se enfada enseguida, es lo que te decía del tema sectario. Tú puedes hacer humor de tu pueblo pero no toques mi pueblo. Ríete de lo que quieras, pero no me toques el Barça.

Í: Volviendo a lo de antes: los cómicos de Muchachada Nui, reconocidos y con multitud de trabajo, tenían un share residual con su programa en La 2, quizás de un 5% de la audiencia. Ese humor, siendo buenísimo, te exige un poco más. Entender a Mota cuesta menos.

A: Si tú metes en un programa una imitación por teléfono de Jordi Pujol y le haces hablar con voz cazallera, a mucha gente le puede hacer gracia pero habrá otros muchos que no lo entiendan porque quieren que el personaje hable exactamente igual que el imitado. Las cuentas en Twitter que más seguidores tienen al margen de los famosos son las de chistes malos y fáciles. Hay tuiteros que destilan un humor maravilloso y les sigue menos gente. El perfil falso del dictador de Corea del Norte es de las pocas cuentas que son muy buenas y tienen muchos seguidores. La gente prefiere lo más fácil y básico. Cuando haces un estilo de humor tienes que saber que no te van a dar un prime time en Antena 3 o en Tele 5. A Ortega le van a poner un programa de cultura en La 2 o se ocupará de las campanadas en esa cadena, que las dio con un quinteto de cuerda y llamando a su madre por teléfono, que le desprecia de una manera sublime. Durante las campanadas reventaba doce bolas iluminadas con un bate de béisbol. La mayoría no quiere arriesgar, le gustan sus uvas y su tío de la capa.

Í: Y que las bolas que rompe Ortega las rompa Belén Esteban y enseñe las bragas delante de toda España. Eso se consume más. No es esnobismo, es aceptar la realidad.

–¿Qué os parece la carrera de Xavier Sardà?

Í: Como periodista y radiofonista, un crack. Como director de circo también un genio. Como persona no lo conocemos.

–En Crónicas Marcianas podía salir desde el mismo Ortega a gente de la cuerda de Belén Esteban. 

A: A él le gusta mucho Ortega. Valorando mucho a Sardà, su última etapa en el Crónicas me aburría bastante. Se acomodó, pero es un puto genio.

Í: Tiene una capacidad bestial para saber qué está llegando al público y qué ha dejado de funcionar. Lo demostró. Esa capacidad ya le gustaría tenerla a mucha gente.

–Javier Coronas.

A: Un tipo que se lo pasa muy bien. Se nota que cuando hace las cosas, las disfruta.

Í: Un tío muy cachondo. Es gracioso porque es muy natural.

N: La mejor persona que se dedica al humor en este país. Resulta triste tener que destacar estas cosas, pero es que se echan de menos [risas]. En un mundillo con tanta puñalada, tontería y mierda encontrarte a gente así de sana es maravilloso.

A: Igual que [PepeColubi, muy buen tío.

–Carles Francino.

Í: Majo, sincero, natural, campechano…

A: Leal, honesto… Un buen pavo.

N: Es un vitalista.

–¿Cómo debe ser el conductor de un magazine para interactuar con los humoristas? A veces he escuchado que muchos presentadores se piensan que por llevar a un humorista a un plató o a un estudio el tono del programa puede cambiar totalmente en un segundo. 

ÍFrancino tiene un poco de niño pequeño, se ilusiona mucho con todo lo que hace. Se nota mucho cuando presenta a alguien, introduce las secciones con un ímpetu que es real. Habrá gente que sepa hacer una pose en antena, pero él es como es. Tal cual.

A: A veces se convierte en oyente. El peligro es que se entusiasma tanto que a veces deja de ser el director. Se pone a reír y nos descuadra el guión. En cualquier momento Francino va a decir algo y a estos dos, que son los que hacen los personajes, los descolocará.

N: Y tú, desde el personaje, le tienes que decir: «¡Cállate, no te metas en esto que no es tu mierda!»

A: Francino se ríe porque le gusta lo que hacemos. Y esa es la clave de un director de magazine, que le guste y que entienda al humorista. Ortega no pintaba nada en Crónicas Marcianas, pero quedaba de puta madre porque Sardà disfrutaba ese momento y entendía perfectamente el tono de humor que usaba Ortega. Hemos entrado muchas veces con gente que no sabía ni siquiera lo que hacíamos y aquello ha quedado como el culo.

Í: Muchos de los humoristas que han salido en los programas de Buenafuente han brillado porque el mismo Andreu les ha sacado todo el jugo.

A: La gracia de Santi Millán y Corbacho era Buenafuente, ese contrapunto. Si tú le quitabas a Buenafuente, el Paco y el Sebas, sus personajes, perdían la mitad de la gracia. Buenafuente es un payaso listo genial y el payaso tonto brilla mucho más con él.

N: A la que a Berto le quitas el contrapunto se queda solo. No funciona igual.

–¿Por eso los programas que han presentado Millán, Corbacho y el mismo Berto no han tenido continuidad?

Los tres: ¡Y eso que Berto tiene más talento que nadie!

–N: Si no le ha ido bien quizás es porque le pusieron un programa que no le pegaba.

A: Pero a los tres les ha ido bien la vida, ¿eh?

–El único ‘hijo’ que se ha podido independizar de Andreu Buenafuente con un programa propio ha sido Jordi Évole. Eso sí, cambiando totalmente el rollo con el que empezó.

AÉvole es otro buen tipo, un amigo que ha salido por el sitio que nadie pensaba que iba a salir. Él era un guionista de humor y mira por dónde ha sacado un programa adelante de periodismo puro.

Í: Pero él ya lo llevaba dentro. Era periodista y vuelve a ser periodista. Circunstancialmente se metió a escribir guiones de humor.

A: Él ya no hace periodismo, hace ‘evolismo’.

–¿Qué es eso del ‘evolismo’? Vamos a definirlo para acabar la charla.

A: No es un periodista al uso, rollo Jon Sistiaga.

Í: El ‘evolismo’ es un periodismo de calidad. Lo que no es periodismo es Mariló Montero o Ana Rosa Quintana.

A: Évole ha llevado adelante su forma de hacer periodismo. Se mete en la piel de un tipo de L’Hospitalet mal afeitado y con gafas que quiere que le expliquen eso que no entiende, como por ejemplo que se desahucie a una familia. El periodista ya sabe por qué se desahucia, pero la gracia de Évole ha sido conectar con la gente presentándose a sí mismo como un tío normal que tiene una hipoteca y dos hijos y ganas de enterarse de esas cosillas.

–¿Y no creéis que ese personaje se puede comer a la persona?

A: El riesgo es que devore al periodista.

Í: Pero yo creo que lo está llevando muy bien porque cada vez es menos personaje.

A: Tiene un equilibrio perfecto, por eso lo lleva bien. Por ponerte un caso conocido, Mercedes Milà tiene este aspecto desequilibrado.

Í: Sardà perdió el equilibrio. Se metió en su caricatura y se convirtió en un Camilo Sesto. Histriónico, afectado y exagerado. A Évole no lo veo así.

–N: Todo depende de cómo proceses la fama que te llega.

A: Él entrevista como no lo hace nadie. No hay preguntas ni miradas como las suyas. Es su sello.

Salvados comenzó a dejar de lado todos los elementos de humor que habían acompañado al programa al principio. La audiencia subió como la espuma. Me meto en la piel de Évole y creo que me costaría tener los pies en el suelo entre premios Ondas y titulares positivos en muchos medios.

Í: Pero él es muy sensato.

A: Y no le ha faltado la tentación de querer ser protagonista y ponerse al frente de manifestaciones. Pero aquí voy al ejemplo de Mercedes Milà. Fue periodista, se convirtió en una persona del espectáculo televisivo y cuando ha querido volver a hacer periodismo no ha abandonado ese personaje de diva televisiva. Y ella sí que se pone al frente de la protesta y es algo patético de ver. Évole tiene el equilibrio y seguro que ha tenido sus luchas internas para no perder el equilibrio.

–¿Por qué cuesta ver tanto a una mujer al frente de un late night o haciendo humor?

APatricia Conde lo hizo muy bien en el programa que presentó con Ángel Martín en Sé lo que hicisteis… 

Í: Eva Hache también lo hizo muy bien cuando estuvo en la tele, pero sí, es una buena pregunta.

–N: Y cada vez se animan más tías a hacer monólogos.

AAna Morgade también es muy buena, pero este tema es un reflejo de la sociedad machista en la que vivimos. Siempre hay menos mujeres en todo: ve a la directiva de cualquier empresa y verás quién está ahí.

–¿Vosotros habríais aguantado 15 años de trío humorístico siendo dos hombres y una mujer o viceversa?

–N: Es imposible saberlo, pero sí es verdad que las mujeres tienen un papel importante en nuestros gags. Hay muchos personajes femeninos. También la homosexualidad está muy latente.

A: A veces el programa es muy testosterónico y tenemos que aflojar un poquito porque si no parece una taberna [risas].

Í: Sílvia Abril Llum Barrera acaban de fichar por Todo por la radio por esa preocupación que tenía Toni de que faltasen mujeres.

A: Pero no mujeres para decirles lo guapas que son, que es lo que se suele hacer cuando salen chicas en programas de humor.

–¿Habrá ‘especialismo’ para 15 años más?

–N: ¿Habrá trabajo para Especialistas dentro de 15 años? Trabajar en esto está muy bien. Ganas hay, pero hay que ser consciente de que todo va pasando y vendrá gente detrás como en su día aparecimos nosotros. Es ley de vida.

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