Me acuerdo cuando el PP dijo que los indignados del 15-M eran unos ruidosos incívicos, unos salvajes antisistema y unos perroflautas. Decían que no representaban a nadie y que hablaban por ellos mismos. Recuerdo que dijo que para cambiar las cosas no valía con hacer acampadas, y ni siquiera manifestarse. Recuerdo que dijeron, nos retaron, como si pensasen que no íbamos a hacerlo, que no podríamos presentarnos a las elecciones. Nos dijeron que ellos tenían la mayoría absoluta, basada en la abstención, y que esa mayoría legitimaba sus políticas. Recuerdo que nos dijeron que las cosas cambian con los votos. Pues bien, les hicimos caso: nosotros estamos dentro y ellos, fuera.
El desplome que ha sufrido el PP en las elecciones municipales y autonómicas ha sido de categorías bíblicas. Ha perdido Madrid y Valencia, algo impensable. En Baleares ha perdido nada menos que 15 diputados y por primera vez en la historia habrá un gobierno 100% de izquierda. En Barcelona no han perdido porque nunca han ganado absolutamente nada, pero sí que ha perdido CiU, su primo hermano. La derecha ha perdido en casi todos los lugares donde se ha presentado. Si no ha perdido el municipio o la autonomía, ha perdido la mayoría absoluta.
Hemos ganado nosotros, los ciudadanos, los indignados y estafados. Los que aún sufrimos por el que sufre. Los que sabemos qué es la empatía, la solidaridad y el bien común. Los que echasteis a la calle con una ley de despido inhumana; a los que recortasteis en sanidad, en educación y en ayudas. A los que desahuciasteis y obligasteis a seguir pagando una casa que ya no era nuestra y que el banco ya había vendido a otro; haciendo que muchos, desesperados, nos tiráramos por la ventana, porque sí, cuando empujabais con vuestra parsimonia a uno, nos empujabais a todos. A los que ahogasteis con impuestos, cerrándonos comedores sociales y escolares; y multabais si rebuscábamos, muertos de hambre, en la basura. A los que intentasteis amordazar y golpeasteis en las calles. A los que insultasteis, menospreciasteis, ninguneasteis y a los que queríais imponer vuestra moralina retrógrada. A los que fuisteis empobreciendo mientras os enriquecíais y hacíais leyes favorables para vosotros y para asegurar la continuidad en vuestros descendientes, porque ninguna ley y ningún recorte os ha afectado a vosotros. Es fácil saber quiénes serán los poderosos si seguís gobernando: vuestros hijos, para seguir con vuestra labor.
Esos somos nosotros, los que os hemos echado a la calle. Los que gobernaremos con el pueblo y para el pueblo, siendo parte de él, viviendo con él, y mirándolo a la altura de los ojos y no desde un altar. Los que dialogarán con todos, los que gobernarán para todos y no para los suyos ni para buscar un lucro personal. No para usar la política para invertir en el futuro propio regalando lo que es de todos. No haciendo caso omiso a los gritos de desesperación de aquellos de los que sólo os acordáis dos días cada cuatro años. Vuestro discurso está podrido, vuestra estructura se basa en la corrupción a pequeña y gran escala. Ni siquiera un buitre se atrevería a hincaros el diente.
Vosotros, que partisteis la médula a España y la habéis saqueado, decís que sólo con vosotros se volverá a poner en pie. Vosotros, que acentuasteis la sangría de paro, decís que sólo con vosotros podemos cerrar la herida. Vosotros, psicópatas, que decís que a la gente ya no le preocupa el paro. Vosotros, que hacéis ver que todo aquel que no esté a vuestro favor y os grite verdades como puños, es ETA.
Vosotros no teníais ningún programa electoral porque vuestro programa es sólo gobernar para los vuestros y lucraros personalmente. Si habéis llegado hasta aquí, es por haber dado pie a una burbuja inmobiliaria, una ilusión de la que hemos sido partícipes, una estafa que nos ha estallado a todos en la cara y ha hecho quebrar los cimientos y los huesos de esta sociedad. Habéis llegado hasta aquí a través el acoso y derribo; a través de la máxima de Goebbles: «Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad». A través de vender un crecepelo falso, trayendo una cura para el cáncer que sólo ha generado metástasis. Habéis llegado hasta aquí aprovechando la ignorancia de la gente y jugando con su miedo. Vosotros habéis, aprovechando nuestra desesperación, allanado el terreno para que otros, y vosotros mismos, os lucréis y nos impongáis, repito, vuestra moralina. Para acentuar la diferencia entre ricos y pobres; para censurarnos, y golpearnos si salimos a la calle porque nos estáis ahogando y robando en nuestra cara. Porque ya ni siquiera podemos denunciar porque habéis subido las tasas para que así sea. Ni siquiera podemos grabar un abuso policial.
Pero ya no cuela. Vuestra estrategia ya no cuela; y aunque haya sitios en los que haya que frotar más, lo conseguiremos, porque, por fin, estamos decididos a sacar la basura. Y, vosotros, sois basura.