El gato te vio por última vez en la esquina
débil lánguido
construyendo una sillita con hilo de latón
escondiendo una especie extinguida de ratón tras el lomo
tal vez el presentimiento de la huida
esa escultura extraña y común del siglo XXI
nadie conoce hacia dónde
ni por qué
ni cómo
Randés dice
al pueblo de las cacatúas que han atravesado el océano
por hambre de frontera
en avioneta animal
padre alzhéimico dice
a la corteza del árbol
por corteza de árbol
en corteza de árbol
los marinos
en el bar
comentan que cerca de Nuremberg
para encarnar a Durero
en rhinocerus
pero el gato y yo sabemos que a ninguna parte
que sólo estás bajo la cama
esperando el próximo rayo de guerra
la pólvora acumulada como el polvo
en silencio
como una lagartija sin cabeza agitando los últimos golpes de cola.
Hemos decidido guardarte el secreto.