Ana Eulate trabajaba en la Dirección General de Relaciones Exteriores de la Comisión Europea, en Bruselas, pero desde hacía un tiempo deseaba cumplir el sueño de su vida: fundar una editorial de literatura infantil. Sin embargo, Ana no quería crear una editorial al uso, sino una empresa con fuerza creativa en la que importasen las personas, lo que cuentan y lo que transmiten con sus historias. Una editorial con luz, una editorial de cuentos con alma.
–Fundas Cuento de Luz en 2010, en un momento de crisis generalizada, especialmente ensañada con el mundo editorial, el periodismo y las letras. Estás en Bruselas, con un puesto de trabajo estable. ¿Por qué tomas esa decisión?
–Fundé Cuento de Luz en 2010 pero ya había registrado su nombre unos años antes porque tenía el convencimiento y la ilusión de que algún día se haría realidad. No nació de la noche a la mañana pero sí fue muy vocacional. Escribo cuentos desde que tenía seis años. La literatura infantil siempre ha sido mi pasión y la fuerza motriz, la ilusión y la confianza de que algún día lo lograría.
–¿Te consideras una persona valiente?
–Creo que las dificultades se desvanecen cuando las enfrentas con valentía y que para descubrir nuevos océanos al menos tenemos que tener el coraje de perder de vista la costa. No era el mejor momento pero había que intentarlo. Nunca me rendiría sabiendo que puedo construir algo en lo que creo, atreverme a realizarlo. Para cumplir un sueño hay que vencer obstáculos y se requiere esfuerzo, perseverancia y grandes dosis de creatividad. Es importante la actitud, la confianza y entusiasmo por tu proyecto y la ilusión por alcanzar los objetivos.
–¿Qué querías que fuera diferente en Cuento de Luz respecto a otras editoriales o colecciones de libros infantiles?
–Cuento de Luz, ya desde su inicio, tomó de forma natural una trayectoria diferente. Es una editorial que surgió en época de crisis en España en un garaje reformado en oficina, tuvo una internacionalización inmediata y es innovadora. La filosofía de Cuento de Luz se basa en la universalidad de sus valores, en la multiculturalidad y diversidad, en el respeto al medio ambiente y en proyectos solidarios que promueven la educación para la paz.
La relación de respeto y comunicación con las personas mayores, la realidad de las niñas afganas, la pérdida de un ser querido, la integración, la adopción, por citar algunos, son temas que tratamos en nuestros álbumes ilustrados.
–Vuestros álbumes tienen un toque íntimo y artesanal que los hace muy especiales. ¿Qué buscáis en los cuentos que editáis, en lo referente al contenido?
–Son álbumes ilustrados que invitan a estimular la imaginación, acercar al lector a la diversidad, sensibilizar sobre el cuidado de nuestro planeta. Contenidos en los que, como comentaba, se fomenta la importancia de la tolerancia, de la inclusión, la integración, la educación en valores, o la importancia de la preservación del medio ambiente y de la biodiversidad.
En Los latidos de Yago, por ejemplo, se habla del respeto a la diferencia, y se hace mediante la historia de una caracola que tiene un pequeño agujero y que termina convertida en colgante de un niño que vive en silencio y en una silla de ruedas. Entre la caracola y el niño se establece una comunicación a través de los latidos del corazón del chico. Escrito por Conchita Miranda, vicepresidenta de la Fundación Sobre Ruedas, y madre de un niño con parálisis cerebral, es un canto a la valentía y a superar esos retos que a veces debemos afrontar en la vida.
–Las ilustraciones de vuestros cuentos son especialmente bonitas. En una entrevista publicada en La Vanguardia comentabas que trabajáis muy poco con el ordenador.
–El lenguaje visual es muy importante. El arte de la ilustración es una ventana por la que se asoma el niño y en Cuento de Luz lo cuidamos. Las ilustraciones atraen al pequeño lector y le invitan a navegar con su imaginación. Tanto la imagen como la palabra poseen una fuerza comunicadora, deben ir de la mano y transmitir emociones. Nuestros autores e ilustradores lo consiguen de una forma maravillosa. En Cuento de Luz hay además un fuerte sentido de trabajo en equipo: se cultivan las relaciones humanas y se crean lazos. Quiero también comentar y resaltar la importancia del traductor, figura clave y tantas veces olvidada. Respetamos y valoramos su profesionalidad, ya que es un eslabón decisivo para que nuestros títulos recorran el mundo en inglés y, en ocasiones, cuando su destino es que lleguen a niños en zonas desfavorecidas, en otras lenguas como el suajili o el dari.
–En Facebook habéis superado el medio millón de seguidores. Vuestra página web luce un cuidado aspecto. ¿Cómo crees que ha cambiado las normas en el mundo editorial? ¿Cuál es su importancia real?
–Cuento de Luz es una empresa moderna, innovadora y amiga de esas nuevas tecnologías que han revolucionado el sector editorial. El futuro está en la convivencia del libro en papel y con el de formato digital. Por ello, también editamos nuestros títulos en tres versiones de e-book. Respecto a las redes sociales… Sí, contamos en Facebook con más de medio millón de seguidores en solo cinco años. Trabajamos “en la nube”; es decir, es como si tuviésemos una oficina virtual donde se integran valores como la transparencia, colaboración, el crecimiento sostenible y donde se promueven las comunicaciones abiertas que fomentan el respeto y la participación, incluso a través de límites geográficos y culturales.
En Estados Unidos nos han otorgado más de 50 premios. Allí se distribuye el 70 por ciento de nuestros libros. Algunos de los galardones que nos han concedido son muy reconocidos, como los International Latino Book Awards, que han premiado tanto el contenido y la calidad de las ilustraciones como la calidad y filosofía de la editorial.
–Mamá se va a la guerra me parece uno de los títulos más poderosos de vuestra colección. En el libro, Irene Aparici relata la historia de una reina que lucha contra el cáncer, así explica a los más pequeños sobre la existencia de esta brutal enfermedad. ¿Qué enseñanzas has obtenido a partir de la publicación de esta historia? ¿Se puede, a través de los cuentos, explicar historias complejas como la aparición de un cáncer, la existencia de guerras o de las desigualdades? Hay personas que consideran que es mejor mantener a los niños al margen de todas estas historias… ¿Cómo lo ves tú?
–Irene quiso contar a sus hijos de diez y doce años una historia alegórica cargada de positivismo, para explicar a los niños la enfermedad del cáncer de mama contra la que ella estaba batallando. Lo hizo de una forma maravillosa, contando su experiencia desde la de una reina cuyo territorio es invadido y que tiene un ejército de aliados que va a luchar sin condiciones a su lado. Es un álbum ilustrado con imágenes llenas de color y humor realizadas por Mónica Carretero. Ha sido y sigue siendo muy útil para padres, médicos y educadores ya que transmite valores como el coraje, la solidaridad y la esperanza.
No se debe mantener a los niños al margen de vivencias que ocurren en nuestra vida como es la enfermedad o la pérdida de un ser querido. Se les puede explicar con creatividad y con un vocabulario adaptado a su edad. Ellos lo ven todo con naturalidad, son creativos, tienen la mente abierta, no temen preguntar y son muy participativos. En Cuento de Luz tenemos un comité luminoso infantil que nos asesora, orienta y ayuda. Me parece muy importante que sepan que hay otros niños que no tienen la misma suerte que ellos por haber nacido en países desfavorecidos o en zonas de conflicto. Que existen niños que tienen necesidades especiales y otros que son rechazados a veces hasta solo por el color de su piel. El conocer estas realidades les hace ser más conscientes de lo privilegiados que son, más responsables y solidarios.
–Te pediría un consejo a todas aquellas personas emprendedoras que comienzan proyectos en este difícil contexto. ¿Cuál es secreto del éxito, Ana?
–No sé cuál es ese secreto porque la verdad es que no es algo que yo persiga. Lo más importante no son los premios, ni las ventas, sino hacer de Cuento de Luz una fuerza creativa, un instrumento para la construcción de un mundo más próspero y sostenible.
A aquellas personas que comienzan a emprender les diría que luchen por lo que sueñan, que se pongan metas, que no se rindan. Que se muestren positivas ante las dificultades. Que conviertan cada paso en una meta y cada meta en un paso. Emprender es muchas veces un camino de obstáculos, pero como los buenos atletas, siempre tendrán la satisfacción de haberlo dado todo por aquello por lo que siempre habían soñado.