Jamás fui tan honesto ni tan nítido…
pero una vez más
propio de un estúpido
me entrego, vendido,
y sólo quiero gritar
“vete a tomar por culo, Cupido”
Te pienso, te adoro y te odio
me conmueves, que flipas,
eres un incordio
y ya no quiero ser custodio
de más causas perdidas
Maté a mi cabrón amigable
¿quieres que sea un impresentable?
Oh, tan sensible y adorable…
¡qué lamentable!
si lo que surte efecto es ser detestable
Jamás pude abrazarte de veras
al no alcanzar a envolverte sin prendas
jamás pude decirte “no temas”
pues no te desprendes de las vendas
(ni de los tapones de cera)