Los mismos popes del periodismo catalán que apoyaban sin fisuras desde el 2006 hasta el 2014 la versión oficial de los hechos denunciados en el documental Ciutat Morta ahora cierran filas para condenar los hechos, sin hacerse ni una sola pregunta, al igual que hicieron los años anteriores. Es evidente que no parecen estar muy vivos. Trabajemos por ellos, pues visto lo visto, los que cobran por escribir cavan su tumba en vida.
Lo que viene a continuación es un spoiler, se recomienda la lectura solo para los que hayan visto el documental.
1. ¿Por qué el grueso de las entrevistas en el documental son a amigos de Patricia Heras, que ni siquiera estaban allí, cuando tendrían que haber salido un montón de punks que sí estuvieron y que incluso fueron los detenidos en primera instancia? ¿Por qué no sale Álex Cisternas, siendo uno de los 3 más enmarronados? La ausencia se solventa con un sencillo «está en Chile traumatizado». ¿Cómo nadie fue a Chile, lo entrevistan por Skype o hizo autograbación (hay mil medios tirados de precio)?
2. ¿Por qué el único okupa declarado que sale en el documental es un chico que se mete con los que organizaban todos los saraos del Teatre de la Penya Cultural Barcelonesa, solventando el tema de un plumazo, teniendo decenas de muchachos de primera mano relacionados con el Teatre (yo mismo siendo un agropijo conozco a varios de ellos) a los que poder entrevistar con información más de primera mano?
3. ¿Por qué, en lugar de concentrarse en el tema universal de la película, no algo típicamente barcelonés precisamente, a saber, la imposibilidad de la separación de poderes y la connivencia entre las fuerzas de seguridad y los jueces, el documental acaba atacando con nombres y apellidos a los dirigentes del PSC que gobernaban la ciudad en aquel momento?
4. ¿Por qué la convergentísima televisión pública catalana, tan cuidadosa habitualmente con lo que emite y lo que no, decide emitir este documental en vísperas de las elecciones municipales del Ajuntament de Barcelona, y en el cual se muestran miserias del anterior partido en el gobierno? ¿Qué ha hecho Mediaset todos estos años? ¿Dónde se había metido Évole, que no es precisamente de Melilla sino de Cornellá, en un caso que era vox populi?
5. ¿Por qué ahora la Urbana y los Mossos van vestidos como gladiadores americanos para desahuciar a una anciana y entonces acudían a desalojar una fiesta de mil quinientos jóvenes «antisistema» sin cascos y con la alegría de un jesuita?
6. ¿Por qué por el año 2006 tan solo les pegaban unas palizas sin mayores consecuencias a unos chavales que presuntamente habían dejado tetrapléjico a un compañero y hoy en día, a causa de pequeñas rebeldías, salen a tres muertos a manos de los cuerpos de seguridad catalanes solo en el último año?
7. ¿Por qué la chica alemana salió libre, los españoles montaron la defensa por su cuenta y los sudamericanos fueron los que pringaron?
8. ¿Por qué en el documental se sugiere que las actividades del Teatre de la Penya Cultural Barcelonesa que se sucedieron del 2002 al 2006 en el carrer Sant Pere més Baix eran más degeneradas que las del movimiento okupa integrado con el Ajuntament? ¿Acaso están insinuando que los okupas oficiales, los de los huertos ecológicos y el papeleo municipal, tienen valores superiores a los okupas revolucionarios que de forma sincera van contra el Estado y montan una comunidad paralela al mismo Estado? ¿Acaso no es más impresionante una casa dinámica donde todos tenían ganas de crear y abrirse al barrio, incluidos los fiestones y las actividades de todo tipo: guardería, danza, teatro música, pintura o laboratorio fotográfico; además de acciones políticas y asamblearias? ¿Por qué es más noble un huerto ecológico que una fiesta?
9. ¿Por qué sugiere el documental la absurda teoría conspiratoria que el Ajuntament de entonces permitía las fiestas en el Teatre de la Penya para desprestigiar el movimiento okupa light e integrado de cara a los vecinos? ¿Acaso lo necesitaba? ¿Acaso ha necesitado alguna excusa CIU en estos últimos años para cargárselo todo alegremente sin ningún tipo de miramiento?
10. ¿Levantarán algún día la cabeza los periodistas zombis y harán preguntas reales? ¿Dejarán de despreciar a sus vecinos a cambio de poder cambiarse la cocina y el baño en su casa de la Cerdanya? ¿Seguirán inconscientemente aumentando la degradación antropológica de los barceloneses y repartiendo los cargos de sus redacciones entre los aduladores?
Quizás el problema es que si los periodistas se hicieran estas preguntas llegarían a las conclusiones que ya conocen, y se verían obligados a morder la mano que les da para cambiar la cocina de su piso de la Cerdanya. Llegarían a un embudo de pesimismo realista en el cual verían que mucha parte de la supuesta oposición, como puede ser la CUP que enarbola la causa, no está sino en la misma dirección que esa burguesía degenerada que les compra las casetas a sus simpáticos canes periodistas.
Que cualquier salida pseudorromántica y colaboracionista con el régimen chauvinista catalán que intente integrar los movimientos disidentes con la Generalitat, como parece pretender este documental, va a ser lo mismo pero a peor; que la CUP nunca va a cambiar el régimen burgués de CIU.
Muchos han dicho que el abrazo entre David Fernández y Artur Mas no es algo fraternal sino producto de la bonhomía de David. Muchos creemos que es así, sin embargo, no debemos olvidar que quien baila con el diablo nunca consigue cambiar al diablo, sino que más bien ocurre lo contrario.
Así pues, desgraciadamente, no podemos concluir salvo que el documental Ciutat Morta es un producto no de la clase asaltante, sino de la clase dominante que dibuja a la primera como patética y mendigante.