«Mis hijos promedian entre los dos 40 puntos y 20 rebotes por partido compitiendo todas las noches contra los más grandes». Jugando a ser el padre de la familia Gasol estas son –o podrían ser perfectamente– las palabras que le pasarían a más de uno por la cabeza tras cada jornada en la NBA. Pau y Marc. Marc y Pau. Dos hermanos que, tras muchos años en la NBA, siguen sentando cátedra y llevándose alabanzas de los más prestigiosos analistas norteamericanos.
Si Pau parece haber vuelto a renacer en los Chicago Bulls, tras dos temporadas de frustración y desquiciamiento a las órdenes de Mike D’Antoni –que nunca llegó a apreciar su juego– en los Lakers, Marc no se queda corto en sus constantes demostraciones de madurez baloncestística y peso específico entre los pívots de la liga.
Pau, el mayor de los Gasol, tenía ante sí el pasado verano una de las decisiones más importantes. Estaba a punto de comenzar la última etapa productiva de su carrera, pero ¿dónde iba a jugar? En un verano en el cual LeBron James, Carmelo Anthony, Dwayne Wade, Kevin Love o Chris Bosh acaparaban toda la atención de los medios estadounidenses, pocos prestaban mucha atención a una de las gangas del verano, Pau Gasol. Para el dos veces campeón de la NBA era además la oportunidad final para firmar su último gran contrato con muchos ceros. No obstante, Pau, gran competidor, tenía claro que lo importante para él era ganar y conquistar otro anillo, sacrificando así suculentas cantidades de dinero que equipos sin aspiraciones le podían ofrecer. Pese a que fueron muchísimos los equipos interesados en él, dos destacaban: los Oklahoma City Thunder de Kevin Durant y Russell Westbrook y los defensivos y correosos Chicago Bulls de Derrick Rose y Joakim Noah. Pese a que los OKC parecían una opción clara por su enorme potencial –un juego interior con Pau e Ibaka es garantía de éxito– Pau sabía que iba a ser la tercera opción en ataque en un equipo en el que Durant y Westbrook en ocasiones rebasan entre ambos los 50 tiros por partido. Con estos condicionantes, Chicago era la mejor opción. Un equipo muy eficiente en defensa, probablemente el mejor en esa faceta en toda la NBA, necesitaba añadir un estilete ofensivo destacado a su arsenal para optar al título con plenas garantías. El catalán tenía el perfil requerido para ello, lo cual le llevaría a integrar uno de los juegos interiores más temidos de la liga junto con el incansable Noah, el mega eficiente Taj Gibson y el rookie europeo Nikola Mirotic.
Marc, tras varias temporadas rindiendo a un buen nivel, parece haber destapado de forma definitiva el tarro de las esencias dando clinics de baloncesto noche tras noche con los Grizzlies. El menor de los Gasol viaja en una de las posiciones principales en la carrera al MVP de la temporada. Tras varias campañas ejerciendo un papel destacado en Memphis, Marc parece haber asumido finalmente el rol de líder. Acompañado por un titán de lujo como Zach Randolph en la pintura, Gasol sobresale en casi todas las facetas del juego. Además de ser un gran defensor (fue nombrado Jugador Defensivo del Año en 2013), el de Sant Boi destacaba por sus grandes dotes como pasador y por su gran lectura del juego, a los cuales ha añadido este año mucha más participación ofensiva que le llevan a promediar 20 puntos y 8 rebotes por partido. El hermano pequeño de Pau se perfila en estos momentos como uno de los agentes libres con más novias para el verano 2015 junto con Kawhi Leonard y Jimmy Butler.
A día de hoy, tanto Pau como Marc copan las primeras posiciones de sus respectivas conferencias –Este y Oeste, respectivamente– en los votos populares para el All Star Game que debe celebrarse en febrero en el Madison Square Garden, feudo de los New York Knicks, uno de los equipos dispuestos a tirar la casa por la ventana por hacerse con el menor de los Gasol el próximo mes de julio. Puesto que ambos se encuentran en momentos muy dulces de forma, establecer una comparativa entre los Gasol resulta un ejercicio más que agradable e interesante para intentar establecer cuál de los dos cracks catalanes tiene, a priori, un porvenir más prometedor esta temporada. Para ello es necesario establecer una comparación en base a tres criterios: rendimiento individual, potencial del equipo y futuro inmediato.
1. Rendimiento individual
Pese a que los números por partido son muy similares entre Pau ( 17.9 puntos, 11.2 rebotes, 2.5 asistencias y 2 tapones) y Marc (20.2 puntos, 8.2 rebotes, 3.7 asistencias y 1.6 tapones), el júnior de la saga está en boca de grandes analistas y técnicos por ser el factor determinante en la excelente marcha de los Memphis Grizzlies, que han cuajado el mejor arranque de su historia con 22 victorias y 8 derrotas en los dos primeros meses de competición. La eficiencia del equipo se dispara al 73.3 por ciento de victorias durante todo 2014, impulsados por un Marc que regresó de una lesión en el mes de febrero pasado y se ha mantenido sano desde entonces. A día de hoy Gasol se halla en el Top 3 de los candidatos al MVP de la temporada junto con Stephen Curry –base de Golden State Warriors– y Anthony Davis, ala-pívot de tercer año de los New Orleans Pelicans. No obstante, Pau, por su parte, figura en la selecta categoría de jugadores que este año han conseguido más de 20 puntos y 20 rebotes en un partido sin olvidar las grandes actuaciones que está teniendo de forma regular. Y eso que ya tiene 34 años.
2. Potencial del equipo
A pesar de que los equipos en los que militan los dos hermanos de Sant Boi mantienen trayectorias similares, los Bulls de Pau cuentan con 22 victorias y 9 derrotas, en este caso parece que Pau se encuentra en una situación más favorable de cara al anillo. Tal afirmación es fácilmente refutable debido a que los Memphis Grizzlies son uno de los equipos más correosos e incómodos de la Liga, con un estilo de juego muy físico.
Probablemente, Marc Gasol y Zach Z-BO Randolph conformen el dúo interior clásico más mortífero de toda la NBA, un dolor de cabeza para muchos entrenadores rivales puesto que ambos se mueven en casi en 20 puntos y una decena de rebotes por noche. Sin embargo, pese a contar con el base más infravalorado de la competición –el genial Mike Conley Jr– y con el Mejor Defensor sin balón de la Liga –el duro Tony Allen–, un renacido Vince Carter o veteranos eficaces como Tayshaun Prince (miembro del Team USA 2008 en Pekín), Memphis carece de tiradores de perímetro fiables y de recambios de garantías de su dúo dinámico Gasol-Randolph, un hecho que puede llegar a pasar factura teniendo en cuenta que la temporada regular consta de 82 partidos y que es en los Play-Offs cuando las defensas empiezan a apretar de verdad y el estado físico influye más. Los Grizzlies seguramente se plantarán en las Semifinales o Finales de la Conferencia Oeste, no obstante es muy probable que sus carencias en el juego exterior les penalicen en momentos clave.
Por su parte Pau cuenta con una situación ideal. Los Chicago Bulls son, a buen seguro, el mejor equipo defensivo de la NBA de la mano de Tom Thibodeau, un entrenador obsesionado con la defensa. El juego interior de Chicago es sencillamente sublime con el guerrero Joakim Noah, el eficiente Taj Gibson y el ex-madridista Nikola Mirotic que aprovecha muy bien los pocos minutos de los que dispone. A diferencia de los Grizzlies los Bulls tienen una buena rotación interior que les permite distribuir mejor los minutos y los esfuerzos de cara a los Play-Offs.
Los Bulls cuentan también con una de las mayores incógnitas de la Liga: Derrick Rose. El espectacular base de Chicago –MVP de la Liga en 2012–, tras dos años lesionado, intenta recuperar sus mejor versión para poder volver a ser el jugador determinante e imparable que llegó a ser hace un par de temporadas. El equipo de la ciudad del viento se ha llevado además una enorme sorpresa esta temporada con la eclosión del escolta Jimmy G-Buckets Butler. Destacado como gran defensor en sus dos temporadas anteriores –y si no que se lo pregunten a LeBron James– el ex-jugador de la Universidad de Marquette está demostrando un nivel fuera de lo común que ya le ha servido para coronarse en dos ocasiones como Jugador de la Semana en la NBA y se postula como debutante de lujo en el All Star 2015.
Ante esta situación parece que Pau, totalmente rejuvenecido y revalorizado en su rol de estilete ofensivo en el juego interior los Bulls, está llamado a -como mínimo- participar en las Finales de la Conferencia Este y, muy probablemente, de la NBA 2015. Tan sólo los Wizards de John Wall, los Raptors de Kyle Lowry y Demar De Rozan o los irregulares Cavs de LeBron pueden suponer un escollo para los Bulls si cuentan con todos sus efectivos.
3. Futuro inmediato
En la última de las comparaciones y aún teniendo en cuenta que las aspiraciones en el campeonato de los Gasol son más favorables para Pau, Marc está llamado a ser uno de los protagonistas de la NBA en el futuro próximo. El menor de los hermanos termina en junio su vinculación con los Memphis Grizzlies. Desde la postemporada pasada muchos fueron los equipos que declararon su amor por Marc, cuyo salario actual roza los 16 millones de dólares. De entre sus pretendientes más destacados tres sobresalen por encima de todos: New York Knicks, San Antonio Spurs y Los Angeles Lakers.
El equipo neoyorkino, con el legendario Phil Jackson como presidente, es quien podría ofrecerle mejores condiciones salariales debido a que este año se libra del contrato de Amare Stoudamire, unos 24 millones de dólares, y a que, al ser la franquicia que más ingresos genera en la NBA, parece no importar en la Gran Manzana el posible pago de la tasa de lujo (multa que se abona por rebasar el límite salarial fijado por la liga). A ello hay que unirle que Marc se reencontraría con Jose Calderón y que el famoso sistema de ataque de Zen Jackson, el «triángulo ofensivo» que ya usó en Bulls y Lakers, precisa de jugadores con capacidad para leer el juego del pívot catalán.
Por contra, son los San Antonio Spurs quienes se postulan como la mejor opción deportiva para el pívot de Memphis. Ante la más que probable retirada de Tim Duncan, los Spurs han visto en Marc su sustituto ideal. Sin embargo, San Antonio tiene una política salarial similar a su forma de jugar, compartir el balón, es decir, una oferta salarial equilibrada entre sus estrellas. Tal vez Marc quiera emular a su hermano mayor, que pasó de ganar 19 millones de dólares anuales con los Lakers a percibir ocho con los Bulls, que por espacio salarial no le podía ofrecer más, para aspirar al campeonato.
Los Lakers buscan piedras angulares para su etapa post Kobe Bryant, ejes alrededor de los cuales construir otra dinastía púrpura y oro. De todos modos, Marc Gasol ha expresado en innumerables ocasiones lo a gusto que se siente en Memphis, ciudad en la que además de jugar como profesional, también fue al instituto cuando Pau acababa de aterrizar en la NBA allá por 2001. Así, no sería de extrañar que el pívot catalán decidiera quedarse en la ciudad del blues, donde su estatus es inmejorable en una franquicia que salarialmente podría intentar hacer un esfuerzo para acomodarle y situarle entre los mejor pagados de la competición.
Dos campeones Pau y Marc, Marc y Pau: Gasol contra Gasol. Dos hermanos y un destino: el olimpo del baloncesto. Sean cuales sean las conclusiones y comparaciones siempre ganará el baloncesto español y, por encima de todo, la familia Gasol.