Muy fácil: El debate sobre el estado la nación no sirve para nada. No hace falta ser Einstein para darse cuenta de que el gobierno ha engañado a los españoles, los ha saqueado, manipulado, recortado, hundido, sometido y censurado. No hace falta que vaya nadie a decírselo porque ellos ya lo saben. Lo que hace falta es que se vayan.
Los dos grupos principales del Parlamento, PP y PSOE, parecen dos médicos adictos a las negligencias, echándose en cara un reproche tras otro mientras que el enfermo, en medio e intentando levantar un brazo con la baba saliendo por la boca, se va muriendo desangrado; y ni siquiera le escuchan. No sirve para nada, sólo para que sus fieles apoltronados aplaudan cualquier cosa que diga el líder. Cualquier cosa que el líder diga es ovacionada, aunque sea falsa, aunque esté manipulada, aunque sepan que es mentira. ¿Qué más da? Tienen que hacer ver que tiene razón y que merece continuar en el poder por lo bien que lo ha hecho. Tiene que hacer ver que todo lo que hace lo hace por el bien de los españoles aunque en verdad lo haga para defender sus intereses. Los demás harán lo mismo pero con su líder; aunque sea un ciego intentando dar golpes a una piñata, aunque esté tirando de retórica y sea un mensaje carente de contenido y que se lo lleva el aire, aplaudirán hasta partirse las manos, si no las están usando para jugar al Candy Crush. Aplaudirán incluso a cosas que hasta hace poco tiraban por tierra porque salían del secretario general de Podemos y no de ellos. Ese es el bien que quieren para España. El bien, si sale de ellos, porque si es el bien que viene de otros, por muy bueno que sea, lo tiran por tierra.
El debate del estado de la nación es un espectáculo patético donde prevalece el «y tú más». Son como esas peleas de gallos de los raperos, como esos actores que se han aprendido el guión de memoria y que recitarán desde sus respectivas trincheras. No vale para nada, es como ver un aburrido partido de fútbol lleno de faltas y ningún gol. No se debate nada porque no se llega a nada, sólo se defiende una trinchera. Sean sinceros. ¿A alguien le hace falta ver esto para llegar a la conclusión de que el PP ha destrozado el país mientras que el PSOE estaba de vacaciones?
No se van a debatir ideas que puedan ayudar al porvenir de los españoles, se va a vender humo para ver si vuelve a sonar la campana. Se va a tirar de cinismo para defender lo indefendible. Se va a defender ideología, y como decía Rafael Sánchez Ferlosio:
«Tener ideología es no tener ideas. Estas no son como las cerezas, sino que vienen sueltas, hasta el punto de que una misma persona puede juntar varias que se hallan en conflicto unas con otras. Las ideologías son, en cambio, como paquetes de ideas establecidos, conjuntos de tics fisionómicamente coherentes, como rasgos clasificatorios que se establecen en una taxonomía o tipología personal socialmente congelada».
El debate de la nación sólo refleja la costumbre tan española de gritar, no dar el brazo a torcer y no escuchar; siguiendo su camino, atrincherado en sus ideales, sin hacer caso a nadie, obcecado, como un burro con anteojeras.