«El Ejército no tiene derecho a utilizar civiles como escudos humanos. Esto es cruel y bárbaro. No se puede utilizar a la población civil para las necesidades militares y tampoco se puede forzarla a colaborar con el Ejército» Esto fue lo que leyó el magistrado Aharón Barak, presidente del Tribunal Supremo de Jerusalém, en una sentencia de 20 folios por la cual pasaba a ser ilegal el uso de civiles palestinos como escudos humanos. Desde el año 2005 el ejército israelí no puede usar a civiles como escudos humanos en acciones militares gracias a la Asociación de Defensa de los Derechos Civiles en Israel (ACRI) y Adala, una organización de defensa de los derechos humanos de los árabes israelíes, que en mayo de 2002 emprendieron, junto con otras seis organizaciones similares palestinas, una cruzada contra el Ejército israelí. Por otra parte, algunos sectores de la extrema derecha, entre otras el Partido Nacional Religioso, advertían de que esta sentencia «ata las manos de los soldados» en su lucha contra el terrorismo. Eli Yishai, uno de los máximos dirigentes del partido ultraortodoxo Shas, no dudó en calificar el fallo de «asombroso» y aseguró que estas prácticas servían para «prevenir el terrorismo y salvar vidas», dejando claro que para ellos todo vale con tal de conseguir la victoria.
Pese a que es ilegal desde el año 2005, algunas organizaciones que luchan por los derechos humanos aseguran que el ejército continúa usando a civiles (palestinos, por supuesto) como escudos humanos; algo que no sorprendería porque parece que Israel está por encima del bien del mal saltándose todas las resoluciones de la ONU, todas las sentencias y todos los tratados, a la torera. Recordemos que Israel ha incumplido impunemente 165 resoluciones de la ONU mientras que Irak se saltó dos y fue invadida y destrozada. ¿Por qué el ejército iba a cumplir la sentencia del tribunal supremo?
Sin ir más lejos, en junio de 2013 el Comité para los Derechos de los Niños de la ONU denunció que los niños palestinos son sistemáticamente heridos, torturados y usados como escudos humanos por Israel. Meses antes la UNICEF había informado que cada año alrededor de 700 jóvenes palestinos entre 12 y 17 años, en su mayoría niños, son detenidos por fuerzas israelíes y sometidos a maltrato “sistemático”. El informe menciona que el Ejército Israelí hace uso de los niños con total impunidad para ingresar a peligrosos edificios y pone a los menores de edad delante de vehículos militares para disuadir a otros palestinos de lanzar piedras, así como la utilización en alguna ocasión de niños para que registren bombas bajo punta de pistola. Desde Israel se desmintió y se achacó a una conspiración contra el estado hebreo. Curioso que sea la ONU, que fue la organización que creó Israel, la que conspire contra ellos, según ellos.
Más de la mitad de los niños de Gaza ha visto al ejército israelí pegar o vejar a sus padres. En esas circunstancias, la figura paterna, de ser fuerte y protector, se difumina hasta resquebrajarse y desaparecer. Es ahí donde se aferran a una figura protectora que nadie puede destruir si se tiene fe: Alá a través de Hamás. Buscando un fin muy claro: Venganza. Es ahí de donde Hamás saca su fuerza.
Israel legitima esa muertes diciendo que son por culpa de Hamás por esconderse entre la población civil, por usarlos como escudo humano. Dicen que ellos quieren hacer el mínimo daño para alcanzar su objetivo; y serían creíbles si no usasen bombas de racimo y de fósforo blanco es sus ataques. Bombas que lo único que buscan es hacer el máximo daño posible de manera aleatoria, disparando una carga hacia un objetivo pero que alcanza todo lo que haya a su alrededor. Parece que han encontrado en el acto de que Hamás se esconda entre población civil una excusa para matar a la máxima gente posible, así como mutilar y plantar la semilla del odio en la población.
Estas argucias para intentar legitimar un acto criminal sólo pueden salir de una mente enferma. Me acuerdo cuando en el año 2002 un grupo de terroristas chechenos secuestró a 90 personas en un teatro ruso y el estado ruso decidió matarlos a todos gaseándolos; tanto a inocentes como a culpables. A todos. En aquel entonces la comunidad entera se echó las manos a la cabeza por esa actuación tan salvaje, en cambio, ahora, muchos legitiman las acciones del estado de Israel.
El estado de Israel hace creer que Hamas tiene la culpa de todo por esconderse tras la población cuando ellos también usan a civiles y niños como escudos humanos, como avanzadilla para ser carne de cañón o como rastreadores de bombas. Hace ver que es una guerra entre la barbarie y la civilización como si ellos tuvieran una moral superior, como si no se comportasen como salvajes. Como si existiese alguna guerra civilizada, o alguna muerte civilizada o algún asesinato civilizado. Como si fueran menos terroristas que Hamas.
Imaginad que después de un atentado de ETA el estado español decide bombardear indiscriminadamente el País Vasco. Una verdadera locura, ¿verdad?