Cinco presos fueron colgados en el interior de la prisión central de Orumiyeh de Irán, en el oeste de la provincia de Azerbaiyán, en la mañana del 8 de agosto de 2016, en lo que parece ser una aceleración del ritmo de las ejecuciones en la República Islámica. La semana pasada, 20 prisioneros sunitas fueron asesinados en la ciudad de Karaj en la provincia de Alborz.