Curro Jiménez fue emitida por TVE entre 1976 y 1978. Tres temporadas en total. Las dos primeras de trece episodios y la última de 14, incluyendo un apoteósico capítulo final que fue todo un récord de audiencia.
El éxito de público fue enorme, hasta el punto de convertirse en una de las producciones televisivas españolas más vistas de la historia. El guionista fue el célebre dramaturgo uruguayo Antonio Larreta, que también firmó el guión de Avisa a Curro Jiménez, un largometraje rodado para el cine y estrenado en 1978. Larreta colaboró en el guión de varias películas relevantes, como la maravillosa Los santos inocentes, y es autor de varias novelas. Fue el ganador del Premio Planeta de 1980 con su notable Volavérunt, ensalzada unánimemente por la crítica.
En 1995 se rodó Curro Jiménez, el regreso de una leyenda. El formato era de serie televisiva y se emitió en Antena 3 Televisión. Curro Jiménez se había afincado en Uruguay (país en el que se llevó a cabo el rodaje), y se había convertido en un próspero terrateniente. El Algarrobo seguía con él, como fiel guardaespaldas y compañero. El actor Álvaro de Luna, por cierto, pidió ser excluido del rodaje de la también exitosa Farmacia de guardia para incorporarse a la aventura. José Sancho, El Estudiante, prefirió quedarse en España, y llegó a manifestar de forma pública sus dudas acerca de la conveniencia de rodar una continuación. El actor Jorge Sanz, en la cima de su carrera, interpretaba el papel del ingenuo y belicoso hijo de Curro Jiménez, y en él recaía el peso del argumento, realmente.
A pesar de que contó con un presupuesto notable, las nuevas andaduras de Curro Jiménez no fueron acogidas con demasiado entusiasmo por el público y la serie fue cancelada tras la primera temporada.Y las razones, probablemente, fueron las mismas por las que la primera etapa constituyó un éxito casi sin precedentes. Curro Jiménez no sólo es un bandolero, es un fuera de la ley, un outlaw al más puro estilo del Western clásico. Un tipo noble e indómito, un auténtico paladín enfrentado a un contexto de injusticia en el que los más desfavorecidos no tienen quien les defienda. En lugar de espada usa una navaja del tamaño de una barra de pan que se convierte en uno de los iconos de la serie. La historia se sustenta sobre los mismos fundamentos que el western clásico, es cierto, pero Curro es rotunda, rabiosamente español.
La primera temporada se rodó a finales del régimen franquista, y no hubiera estado bien visto que Curro o sus compañeros de andanzas se enfrentaran a agentes de la autoridad. La solución fue la lógica; durante los primeros doce capítulos, Jiménez y los suyos combaten a los invasores del ejército napoleónico. El espectador acaba perdiendo la cuenta de los soldados franceses que acaban sus días a causa de un trabucazo más o menos certero o destripados por las colosales navajas de los protagonistas.
En las dos siguientes temporadas, rodadas a principios de la transición, las cosas cambian mucho. La atmósfera de los capítulos, además, se vuelve más oscura, casi trágica (muchos capítulos de la primera tenían una intención muy cercana a la comedia). Directores de la talla de Pilar Miró o Mario Camús dirigen algunos episodios, y se nota mucho en el pulso narrativo.
Y, para acabar, considero que es de justicia mencionar la portentosa aportación del guitarrista Waldo de los Ríos, cuyos interpretaciones con la guitarra contribuyeron a darle a la serie su peculiar atmósfera. No os perdáis este vídeo y entenderéis las razones por las que lo afirmo.
En definitiva, que para muchos telespectadores de aquella época, la imagen de Curro Jiménez cabalgando por la sierra, con el brazo derecho en jarras, el puño apoyado en el muslo y la espalda altivamente tiesa, con el sonido de fondo de los grajos reverberando en los peñascales, será siempre un icono de aquella época.
Sancho Gracia (derecha), José Sancho (izquierda) y Álvaro de Luna, (centro). Gracia y Sancho fallecieron en 2012 y 2013, respectivamente.
