Desde el año 2006 unas 700 mujeres (SETECIENTAS) han sido asesinadas por hombres de la manera más bruta y cruel y muchas veces delante de sus hijos; aparte de las decenas de miles que son violadas, torturadas y apaleadas de la manera más descarada o sutilmente, física o verbalmente. Mujeres, que en su gran mayoría eran de aquí de toda la vida, asesinadas por hombres de aquí de toda la vida. ¿Sabéis cuánta gente ha muerto en España por yihadismo desde 2006? Nadie. Cero personas.
Cualquiera diría que España tiene un problema grave con el yihadismo -como tiene Francia- por cómo de nerviosa y crispada está toda la sociedad. ¿Lo puede tener? Pues claro, pero por ahora no lo tiene, entre otras cosas por el buen hacer del servicio de inteligencia español. Como decía el juez Bermúdez, famoso por el 11-M, «cuando hay un atentado es porque hemos fracasado» porque la función de las fuerzas del estado es sobre todo prevenir. Lo que sí tiene España ahora mismo es un problema grave de violencia de género pero que está en las últimas posiciones en la lista de los problemas nacionales. Hemos fracasado. Si os pusierais así de crispados, nerviosos y airados cada vez que asesinan, violan o maltratan a una mujer en nuestro país, otro gallo cantaría.
Es como si entras en una sala de urgencias y atienden antes al que tiene unas décimas de fiebre que al que le acaban de cortar un brazo y viene chorreando sangre y con el alma tirándole del cuello hacia el suelo.