Esperanza de conseguir lo deseado, incluso lo nombrado anteriormente como imposible. Ilusión.
Ilusión… engaño. Esa imagen latente que miente a nuestra mente falseando las formas y colores manipulados por la luz y las sombras malintencionadas. Trucos de ilusionistas mal llamados magos y videntes. Tal pintores holandeses. Arquitectura y perspectiva vilmente aliadas para confundir hasta el engaño visual, un arte.
Puede el artista ilusionar aparentemente con técnicas engañosas a simple vista, mentir en cada pincelada y trazo, penumbra o luz. También puede el ilusionista, extraer conejos de chisteras a golpe de varita mágica. Pueden, ellos sí.
Discursos sin resultados positivos que se repiten en todas sus variedades. A veces catastrofistas, otras alarmantes, ahora adaptados a la textura fina del tejido preelectoral. Aunque sin renunciar al viejo método medieval de costura dura sobre el cuero del miedo.
Sin duda el ilusionista más deplorable de cualquier mundo, real o mágico. El que se sirve de ilusiones para falsear la realidad, jugando con la verdadera ilusión de muchos que piden sobre todo dignidad en sus vidas.
Quizás sea el momento de dejar ya de creer en monedas que aparecen sin más tras las orejas.
«¡¡Que entre a escena la Ilusión!!»… y el ilusionismo que abandone el escenario.