Me tengo que ir de España. Lo que no han conseguido todos los políticos lo están consiguiendo los anti-fútbol. Sólo les falta comparar el fútbol con el nazismo. Este no es un país civilizado si se ataca al fútlbol. No puede serlo. Me piden que no vea el mundial, me dicen que soy tonto, que sigo intereses de especuladores y de ricos. Me llaman borrego, siervo del sistema y cómplice de las brutalidades de Brasil. Y me lo dicen desde su móvil, cuya batería se fabrica con coltán, un mineral por el cual se masacra y se mutila diariamente a gente en África. Todo muy lógico.
Me veo de aquí unos años viendo partidos a escondidas, reuniéndome con 4 personas que conozca por un foro de internet secreto, arrinconados ante el nuevo establishment como los carlistas más nostálgicos. ¿El fútbol aborrega? Por supuesto ¿Hay algo que no sea susceptible de aborregar? El manifiesto comunista ha aborregado a sus mayores defensores. Para mí el que sólo ve a 22 tíos corriendo delante del balón es el mismo que sólo ve líneas y oye ruido ante las obras de arte. La pasión del fútbol no me la da otra cosa. Si no tuviese fútbol sería asesino y habrían más guerras. Estoy convencido.
¿Que el fútbol es juego de intereses? Por supuesto. Hasta el veganismo, tan subversivo, es un negocio. Un cuadro, que es cultura, se vende por millones y millones de euros, una casa de apuestas se forra y la obra queda colgada encima del retrete de un millonario. Dejadme disfrutar con mis amigos del arte del fútbol, en los bares, abrazados y con cervezas en las manos, malditos fascistas. Soy feliz con poco. Y os aseguro que no soy tonto por ver fútbol.
No sé si es una moda llamar borrego a la gente que ve fútbol para creerse uno más inteligente, como si verlo fuera incompatible con leer a Heidegger, manifestarse por tus derechos o tener inquietudes humanistas. El fútbol es un deporte universal que lo ve y lo practica gente de toda ideología, condición, coeficiente intelectual, sexo o raza. No es algo de imbéciles. No es como decía Borges y que ahora está tan de moda: » El fútbol es universal porque la estupidez es universal». Por esa regla de tres, Borges es universal porque la estupidez es universal.
Nada escapa del sistema. Vivimos en un efecto mariposa constante: «el aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un tsunami al otro lado del mundo» Todo está conectado. Nada escapa del sistema. Los anti-fútbol tampoco. Por muy inteligentes que se crean.