En mi primer artículo hablé de que mi corazoncito futbolero empezó a latir con la Francia de 1982. Pues bien, ese mismo corazón sufrió uno de sus primeros grandes disgustos cuatro años después cuando, siendo un mico, decidí trasnochar para ver unos cuartos de final del Mundial de México’86 en los que se enfrentaban España y Bélgica. Días antes, me había dado mi primer subidón mundialista al ver al Buitre marcar cuatro goles a Dinamarca y escuchar en mi calle aquello de “¡¡Oa, oa, oa, El Buitre a la Moncloa!”. Claro, yo ya estaba convencido de que por primera vez seríamos campeones del Mundo.

Enfrente nos esperaba una Bélgica que no parecía rival para una crecida selección entrenada  por Miguel Muñoz. En España teníamos por seguro que pasaríamos por encima del rival. Pero no. Aquel maldito choque del 22 de junio de 1986, en Puebla, lo perdimos en una tanda de penaltis en la que Eloy, un pequeño jugador asturiano que hizo carrera en el Valencia, falló el lanzamiento decisivo. A partir de ese momento se nos enquistó una frase a los españoles: «Nunca pasamos de cuartos». Esa leyenda persiguió a la selección española durante 22 años, tanto en Mundiales como en Eurocopas.

Sin embargo, aquella derrota sirvió para que muchos descubriéramos a la pujante selección belga de los 80. Bélgica nunca disfrutó de unos Diablos Rojos tan buenos hasta la llegada, casi treinta años después, de una nueva generación encabezada por Courtois, Hazard, Lukaku, Fellaini, Vermaelen, Witsel, De Bruyne o Kompany. Es más, desde el torneo que se disputó en Corea y Japón, flamencos y valones no se clasificaban para la fase final de un gran torneo, cuando no habían fallado a ningún Mundial entre 1982 y 2002. Los grandes resultados belgas en los 80 se rebajaron a decentes en los 90 y entraron en barrena en la década siguiente, comenzando por una ridícula actuación en la Euro que organizaron con Holanda en 2000. Así, atravesaron en lo futbolístico una travesía por el desierto casi más larga que el camino de Moisés al salir de Egipto. Por fin, tras muchos intentos fallidos, una prometedora hornada ha dado el gran paso: meterse en un Mundial. Hoy debutan contra Argelia (18 horas). Pese a esa falta de experiencia en el concierto internacional, en el país de Eddy Merckx esperan mucho del grupo que entrena Marc Wilmots. Y es que la juventud impera en todas sus líneas: solamente Van Buyten sobrevive de entre los convocados de 2002, cuando fue compañero de equipo del actual técnico.

Lo curioso es que si uno se para a pensar, entre la actual, una de las selecciones más ilusionantes de las presentes en Brasil, y aquella que logró el segundo puesto en la Eurocopa de Italia’80 y el cuarto lugar en México’86, hay más de una, de dos y de tres similitudes. Es cierto que eran otros tiempos, distintos estilos de juegos, distintas estéticas, distintas camisetas e, incluso, había hasta diferencias en el reglamento, pero las dos versiones de Bélgica que analizamos parecen transitar por el mismo camino. Vamos a ello.

Guy Thys lo hizo también en sus once años al frente de Bélgica, que las comparaciones posteriores fueron odiosas. Hasta ahora.

Thys lo hizo tan bien con Bélgica (79-90), que las comparaciones posteriores fueron odiosas. Hasta ahora.

1. DOS SELECCIONADORES QUE FUERON INTERNACIONALES EN EL CAMPO 

Guy Thys vs. Marc Wilmots

Thys (Amberes, 6 de diciembre de 1922 – ídem, 1 de agosto de 2003) fue seleccionador nacional durante la friolera de 114 partidos, pero antes ya se había vestido de corto con Los Diablos Rojos en dos encuentros allá por los 50. Wilmots (Dongelberg, 22 de febrero de 1969), está considerado como uno de los mejores jugadores de la historia de su país y defendió la camiseta roja en cuatro Mundiales (Italia’90, Estados Unidos’94, Francia’98 y Corea y Japón’02). Además, Wilmots ha podido presumir, hacerse respetar y hasta retar a sus 23 pupilos con un récord muy especial: es, de momento, el último belga que ha celebrado un gol en la Copa del Mundo. Quien rompa el registro del actual seleccionador seguro que tiene premio. Hoy, contra Argelia, se abre la veda.

2. DOS PORTEROS DE ÉLITE MUNDIAL QUE PERDIERON UNA FINAL DE ‘CHAMPIONS’ 

Jean-Marie Pfaff vs. Thibaut Courtois

Pfaff (Lebbeke, 4 de diciembre de 1953) hizo carrera en el Bayern de Munich, donde se convirtió en el cancerbero titular del equipo alemán desde la temporada 1982-1983 hasta la 1987-1988, logrando tres Bundesligas y dos Copas alemanas, en un tiempo en el que el fútbol no conocía a un tal Jean-Marc Bosman –otro jugador belga, pero que nunca llegó a ser internacional– que cambiaría el sistema de contratación de extranjeros en Europa una década después. Pfaff, en su selección, fue titular desde 1976 hasta 1987 y uno de los artífices de llevar a los Diablos Rojos al subcampeonato en la Eurocopa de Italia en 1980 y al cuarto puesto en el Mundial de México. Courtois (Bree, 11 mayo de 1992) también llega a la cita mundialista como uno de los mejores del mundo en su puesto. Al igual que Pfaff comenzó en un club humilde de su país y triunfa en el extranjero. Como titular en el Atlético de Madrid (cedido por el Chelsea) ha amasado un gran palmarés en solo tres años: una Liga, una Copa del Rey y dos UEFA Europa League. Pero no solo les une la consideración de referencia mundial bajo palos, ambos han perdido una final de Copa de Europa. Pfaff cayó en 1987 ante el Oporto de Futre, ídolo del Atleti, un club con el que Courtois no pudo levantar el trofeo hace tres semanas, doblegado ante el Real Madrid. A Jean-Marie esa oportunidad le llegó en el ocaso de su carrera, pero Thibaut tiene muchas campañas para levantar la Champions. ¿Será con el Chelsea o con el Atlético, en Stamford Bridge o en el Calderón? Mención aparte merecen los suplentes en la portería. Bélgica vuelve a ser tierra de porteros. Pfaaf tuvo a Preud’homme a la sombra hasta que se retiró y Courtois condena a la suplencia a Mignolet, que casi reconquista la Premier para el Liverpool esta campaña.

Gerets, santo y seña de la Bélgica de los 80. Fue su eterno capitán.

Ceulemans, santo y seña de la Bélgica de los 80. Fue su eterno delantero.

3. DOS CAPITANES QUE JUGABAN EN LA ZAGA

 Eric Gerets vs. Vicent Kompany

Gerets (Rekem, 15 de mayo de 1954), apodado El León de Flandes, marcó una época en su país desde el lateral derecho, con su barba y sus medias bajadas. Para muchos, el mejor lateral que ha tenido nunca Bélgica y uno de los mejores del mundo. Tras jugar sin mucho éxito en el AC Milan, hizo historia con el PSV Eindhoven, donde estuvo ocho temporadas, ganando seis ligas y una Copa de Europa –en el 88, tras eliminar al Real Madrid de la Quinta del Buitre. Kompany (Uccle, 10 de abril de 1986) también recibió un sobrenombre, en este caso el de Príncipe por sus cualidades naturales para liderar a sus compañeros. También tuvo un mal debut en un club extranjero, en este caso en las filas del Hamburgo, y luego ha consolidado su carrera en Inglaterra, actuando en las filas del Manchester City. Y, al igual que Gerets en el PSV, también se ha convertido en leyenda de los sky blues. Fue nombrado Jugador del Año de la Premier League en 2012, cuando su equipo consiguió el título de Liga. Este año, a las órdenes de Manuel Pellegrini, ha vuelto a alzarse con el campeonato regular. En Manchester el City ya no es el patito feo de la ciudad y, además de los millones gastados por el propietario de la entidad, parte de responsabilidad la tiene Kompany, el heredero del brazalete que durante muchos años portó Gerets.

4. DOS CENTRALES ELEGANTES CON GUSTO PARA SACAR EL BALÓN JUGADO

 Georges Grün vs. Thomas Vermaelen

Grün (Schaerbeek, 25 enero de 1962), es uno de los jugadores que más se ha vestido con la camiseta de su selección. Contabilizó 77 presencias, distribuidas en tres mundiales: México’86, Italia’90 y Estados Unidos’94. Famoso por su elegancia en el terreno de juego, por su capacidad para jugar el balón y, a la vez, por su contundencia al cruce, durante ochos años hizo carrera en su país, en el Anderlecht, donde debutó en 1982. De allí se marchó en plena madurez tras lograr entre otros muchos títulos, dos Ligas y una Copa de la UEFA en 1983. Sí, los clubes belgas ganaban títulos en los 80, definitivamente era otro fútbol. A partir de 1990 triunfó en el Parma italiano, donde en cuatro temporadas logró otra UEFA y una Copa de Italia. Vermaelen (Kapellen, 14 de noviembre de 1985) también juega de central y presume de unas cualidades muy parecidas a Grün. Destaca por su inteligencia, buen toque de balón y por la contundencia que aplica cuando el juego lo requiere. Empezó prometiendo en el Ajax de Amsterdam, donde disputó cuatro campeonatos y ganó una Liga, dos copas y una Supercopa. Después ha iniciado carrera en Inglaterra, en el Arsenal, club en el que es uno de los capitanes del equipo de Wenger.

Belgium v France - International Friendly

Desde Scifo, no ha surgido otro talento como Hazard. Y este ’10’ sí que parece que llegará más alto.

5. DOS MEDIOS CREATIVOS CON GOL (Y NACIDOS EN LA MISMA CIUDAD)

Enzo Scifo vs. Eden Hazard

Scifo (La Louvière, 19 de febrero de 1966), brilló desde muy joven con su selección, a la que alumbró con su técnica y su golpeo de balón en cuatro mundiales, del torneo de México al de Francia. A la cita azteca llegó con dos años menos que Hazard –solo tenía 20– y se convirtió en pieza fundamental para obtener aquel mítico cuarto puesto, anotando dos goles, uno en el triunfo sobre Iraq en la fase de grupos y otro sobre la Unión Soviética en octavos de final. Esos méritos y su precocidad le valieron la distinción de mejor jugador joven del torneo. A nivel de clubes, dejó su talento en el Anderlecht, Inter de Milán, Girondins, Auxerre, Torino y AS Monaco. Su carrera tuvo muchos altibajos y siempre se echó en falta su confirmación como estrella de un gran club, ya que su paso por el Inter fue desastroso. Hazard (La Louvière, 7 de enero de 1991) también se desempeña en la misma posición, es el ’10’ con el que sueña cualquier entrenador. Y, como Scifo, nació en La Louvière, Valonia, dentro de una familia de inmigrantes, magrebíes en su caso e italianos en el del recordado Enzo. A su predecesor le une también un debut muy joven como profesional: con solo 16 años Hazard ya daba muestras de su calidad en el Lille francés. En ese modesto club ganaría un doblete francés y sería galardonado con el premio de mejor jugador del campeonato con apenas 18 años. En 2012 se marchó al Chelsea, donde se ha convertido en uno de los mejores jugadores de la Premier League. En eso de ser estrella global, Hazard está en vías de superar a Scifo. Su candidatura a ser el mejor jugador del planeta algún día –es decir, cuando Messi deje paso– es más que firme. Esa aspiración puede salir reforzada en caso de hacer un gran Mundial.

6. DOS GOLEADORES TÉCNICOS Y FÍSICOS PARA REMACHAR EL JUEGO DEL EQUIPO

Jan Ceulemans vs. Romelu Lukaku

Ceulemans (Lier, 28 de febrero de 1957) era el Capitán Coraje: un goleador de los que ya quedan pocos. Unía sacrificio, fuerza física y técnica, lo que le llevó a lograr más de 190 goles en más de 400 partidos con el Brujas, el club donde hizo historia sin dar el salto a una gran liga. Bajo la batuta del mítico Ernst Happel vivió la época de oro de la entidad flamenca, consiguiendo cuatro Ligas, dos Copas y cinco Supercopas. Además, en la pintoresca Brujas vieron como un club ahora venido a menos llegaba a las finales de la Copa de Europa y de la Copa de la UEFA. Además es el jugador que más veces ha vestido la camiseta de su selección, en 96 ocasiones, y estuvo presente en tres ediciones del Mundial y en dos de la Eurocopa. Lukaku (Amberes, 13 de mayo de 1993) parece un clon del mítico Ceulemans pero con color congoleño. Fue máximo goleador de la liga belga con apenas 16 años vistiendo la camiseta del Anderlecht y tras unos magníficos cursos en el devaluado campeonato belga, en la 2011-2012 fichó por el Chelsea, donde aún no ha triunfado. Sin embargo, su progresión no se ha atascado. En la 2013-2014 actuó cedido en el Everton a las órdenes de Roberto Martínez, firmando buenos números. Pese a su juventud, ya ha vestido en 29 veces la camiseta de su país con 21 años. ¿Estamos ante el nacimiento de otra leyenda? Si sigue creciendo, podrá superar al maestro Ceulemans en goles y partidos.

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En definitiva, podemos decir que la actual Bélgica tiene trazas para ser grande, pero para superar a sus ‘padres’ de la generación del 80 tendrán que demostrar que son capaces de conseguir esas conquistas tan esperadas en la Grand Platz de Bruselas. Pfaff, Scifo o Ceulemans solo se quedaron con la amargura de no poder alzar un gran campeonato internacional, pero demostraron que en ese pequeño país dividido entre irreconciliables valones y flamencos también se producía fútbol de calidad. Desde entonces no todo es ciclismo, cerveza y chocolate.

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