Es triste. Incluso puede parecer cobarde y descorazonador. No podemos defender a Charlie. Ellos seguramente seguirán con la revista pero se arriesgan a que unos desalmados traten de dañarles y cortarles las alas a sus lápices, plumas y tabletas de dibujo. La masacre se perpetró teniendo a dos policías custodiando el edificio debido a las amenaza ya recibidas (en la imagen, un policía francés observa los despojos extraídos de la redacción de la revista después del incendio que sufrió en 2011). A los policías también los mataron. Media docena de terroristas ha puesto en jaque a toda una ciudad como París. 88.000 agentes centraron toda su atención en localizar a los sospechosos. Y lo hicieron. Pero, ¿puede seguir con la misma línea editorial la revista? Yo no lo veo posible. Si suavizasen el tono podría parecer para el gran público –incluidos aquellos que nunca antes habían oído hablar de dicha revista– que la libertad de expresión ha sido derrotada. Es muy fácil animarles a seguir publicando viñetas con el mismo nivel de sátira cuando son otros los que se juegan la vida. Yo, en una situación como esta, soy incapaz de animarles a seguir tocando de la misma manera los mismos temas.

No podemos defenderles de este mundo porque este mundo no es perfecto. No en este mundo en el que 2.000 personas son asesinadas a diario sin haber hecho o dicho nada susceptible de molestar a nadie. No en este mundo en el que mueren 60.000 personas cada día. Mueren de hambre y en silencio mientras se desecha sin utilizar un gran tanto por ciento de la producción mundial de alimentos.  No en este mundo en el que hay esclavos trabajando para multinacionales en China y otros muchos países del este asiático. Ojalá pudiésemos asegurar que otros locos no vayan a atacarles de nuevo. Pero no podemos defenderles, no podemos por mucho que queramos. Podemos mostrar nuestro rechazo a los violentos pero los violentos no necesitan apoyo popular para hacer el mal. Podemos decir que no les tenemos miedo… pero mentiríamos. Solo podemos asegurar que no les vamos a perdonar pero quizás tampoco les importe mucho. Lo único que podemos hacer es no crear un ambiente de odio y transformar el miedo en humanidad, porque somos humanos, aunque solo nos acordamos de nuestra condición cuando cometemos un error («¡soy humano tengo derecho a fallar!»).

¿Quién define qué es humor, arte o provocación? De eso nos podría dar alguna pista el artista y activista chino Ai Weiwei. La paz es un actividad interior que se desprende de forma natural, no es un hashtag. Ojalá fuese tan rápido y tan sencillo. Nunca existió en la tierra la paz absoluta. Nunca existirá porque no todos los hombres son capaces de sentirla en sí mismos.

He tratado de imaginar como será el día a día de esa revista a partir de ahora pero no veo la manera de asegurarle a los dibujantes que seguirán sosteniendo la Charlie Hebdo que estarán protegidos. Las 200 chicas secuestradas en Nigeria la pasada primavera por los fundamentalistas de Boko Haram tenían el apoyo mundial y de nada les sirvió. Como suele pasar en esta era digital, la protección que puedan recibir los viñetistas de Charlie Hebdo quedará en poco más que en un trending topic solidario contra los sangrientos.

Fotografía: Wikicommons

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