Louis Van Gaal, nuevo y flamante entrenador del Manchester United, ha puesto el grito en el cielo nada más llegar a Old Trafford. Y es que al técnico holandés no le ha gustado nada que su club haya programado una pretemporada pensando en criterios comerciales y no deportivos, criterios que obligan a sus jugadores a recorrer en pocos días 20.000 kilómetros por Estados Unidos para jugar en Pasadena, Denver, Washington y Detroit. No es el único caso, junto a los diablos rojos, también se encuentran en idéntica situación Real Madrid, Manchester City, Liverpool, Roma, Inter de Milán, AC Milan y Olympiacos, todos ellos participantes de la segunda edición del Guinness International Champions Cup, un torneo que se disputará hasta el 5 de agosto en diferentes ciudades de Estados Unidos.
Pero los citados clubes no serán los únicos que harán grandes distancias obviando que las pretemporadas están pensadas para ponerse en forma de cara a la temporada que se avecina y no para hacerse una y mil fotos con fines publicitarios. El FC Barcelona se marcha a Niza, Ginebra o Helsinki, el Valencia pasará por Alemania o Perú, donde disputará la ‘prestigiosa’ Copa EuroAmericana 2014, organizada por DIRECTV, en el que participan el equipo ché, el Atlético de Madrid, el Alianza de Lima, Palmeiras, Fiorentina, Estudiantes de La Plata o Universidad Católica, entre otros. El equipo de Simeone, por su parte, hará en pocos días 21.444 kilómetros. Primero volará desde Madrid hasta San Francisco, con escala en Chicago (9.329 km) donde se enfrentará al San José Earthquakes de la Major League Soccer. Después, la expedición rojiblanca cogerá otro avión con destino a México Distrito Federal (3.042 km), en donde le esperará en el estadio Azteca, uno de los equipos más laureados del país, el América. Pero no son los únicos. El Málaga se marcha a las Antípodas para enfrentarse en Australia al Adelaida el 27 de julio y al Perth Glory el 29 de julio y regresar a la Costa del Sol tras recorrer 34.462 kilómetros. Casi nada. Al final, que el Athletic Club prepare su previa de Champions en Austria parece la decisión más tranquila y cercana.
Otro verano más tenemos la muestra de que el fútbol moderno, el de los fichajes a 80 millones de euros, el de los fichajes pensando en la venta de camisetas o pensando en el número de inmigrantes que hay de un país en una ciudad, o el que te lleva a gastarse 30 millones de euros en un portero eslovaco, ha mercantilizado todo en detrimento del deporte propiamente dicho. Y como efecto colateral de todo esto, los antiguos y prestigiosos torneos de verano que servían para dar lustre a ciudades pequeñas y para que los aficionados de equipos de provincias tuvieran la suerte de ver a las estrellas de sus equipos, están cerca del ocaso. La mayoría de los aficionados del Real Madrid, FC Barcelona, Atlético de Madrid o Valencia, menores de 20 años, posiblemente nunca hayan oído hablar del Teresa Herrera, el Ramón de Carranza, el Colombino, el Ciudad de Alicante o el Trofeo Naranja, por citar sólo algunos. Ese silencio se debe a que los grandes clubes, que antes hacían parada obligada en A Coruña, Cádiz, Huelva, Alicante u otras muchas ciudades de la geografía española, ahora prefieren los petrodólares.
Sin ir más lejos, el Teresa Herrera, uno de los que más fama ha tenido verano tras verano llegando a ser considerado el mejor torneo amistoso del mundo hace dos décadas, presenta desde hace unos años un cartel de lo más modesto. En esta edición del cuadrangular que organiza desde 1946 el Deportivo de la Coruña, aunque no participara en ella hasta 1955, participan, además de los organizadores entrenados por Victor Fernández, el Sporting de Gijón, el Sporting de Lisboa y el Nacional de Montevideo uruguayo. Atrás queda la participación el año pasado del Real Madrid, que se hizo con su novena Torre de Hércules tras 19 años sin hacerlo, o las presencias en el césped del estadio municipal de Riazor de equipos míticos como el Benfica de Eusebio, el Bayern de Munich de Beckenbauer, el Real Madrid de la Quinta del Buitre, el Dinamo de Kiev de Oleg Blokin, el Súper Depor, el Barça del Dream Team o los mejores equipos del continente americano como el Santos de Pelé, en 1959, el Fluminense del gran Rivelino, el Sao Paulo de Telé Santana y Raí o el Boca Juniors de Carlos Bianchi, Juan Román Riquelme o Martín Palermo. Carteles que parecen hoy en día irrepetibles en un torneo entrañable que toma el nombre de la filántropa Teresa Herrera fundadora entre otras muchas cosas del primer hospital de la ciudad gallega allá en el siglo XVIII.
Toda esta información y muchos datos curiosos más, como que Fernando Hierro, Michel, Amancio, Carrasco, Schuster, Gregorio Benito, Johan Cruyff o Karpin se encuentran entre los más abucheados en los más de sesenta años de historia se puede disfrutar en el maravilloso blog www.trofeoteresaherrera.es realizado por el periodista Héctor José Tena, autor del libro Auge y caída del Trofeo Teresa Herrera.
Algo parecido sucede con el Trofeo Ramón de Carranza de Cádiz, conocido popularmente como el Trofeo de los Trofeos. Y eso que en 2014 pueden estar de enhorabuena. Este año, el torneo que cumple 60 años y que se celebrará el 15 y 16 de agosto, reúne a Atlético de Madrid, Sevilla, Cádiz y Sampdoria. Hacía tiempo que no se veía un cartel tan atractivo ya que sin ir más lejos en 2013 los participantes fueron el Sevilla, el Atlético Tetúan y el Cádiz, en 2012 el CD Nacional de Portugal, el Rayo Vallecano, el Osasuna y el Cádiz, y en 2011, al menos, el nivel se incrementó midiendo a los anfitriones con el Málaga, el Udinese y el Sporting de Lisboa. Este cuadrangular se creó en 1955 con motivo de la inauguración del estadio Ramón de Carranza y ha permitido a los siempre bullones aficionados gaditanos disfrutar al menos durante unas horas de Pelé, Gento, Eusebio, Amancio, Cruyff, Di Stefano, Puskas, Zico y por supuesto el gran Mágico González.
Incluso, el Carranza permitió disfrutar de dos partidos entre los dos equipos más grandes de España. Real Madrid y FC Barcelona, que midieron sus fuerzas en el estadio gaditano por primera vez en 1959, ganando el equipo blanco la final por 4-3, y la segunda en 1968, cuando los blaugranas se impusieron 2-1 en la segunda semifinal, aunque finalmente no se llevaron el trofeo de ese año al caer en llevarse ese año ante el Atlético de Madrid. Los locales, comenzaron su participación en el trofeo allá por 1977, cayendo derrotados por 2 goles a 1 ante el Inter, y aunque en 1978 no formaron parte, desde 1979, los amarillos lo hacen de forma ininterrumpida, logrando su primer título el 30 de Agosto de 1981, cuando el Cádiz se impuso en los penaltis al Sevilla. Después vendrían los años en primera del club cadista, un asiduo a la permanencia, donde casi siempre se salvaba.
En el año 2000 y debido a los problemas económicos que sufría la entidad cajista, el trofeo pasó a ser ocasionalmente a un solo partido en el que venció el Betis por 3 a 0 a un Cádiz que jugó sin haber hecho pretemporada alguna, aunque un año después volvería a desarrollarse en su tradicional formato de cuadrangular, con otra victoria del Real Betis, que se convirtió así en el último equipo por ahora en llevarse tres campeonatos seguidos. En 2004 se celebró el 50 aniversario del torneo, que se acabaría llevando el Sevilla F.C., en una histórica edición que pasó a la historia por ser la primera que no se celebró en el estadio gaditano sino en el Bahía Sur, de la cercana localidad de San Fernando, por el mal estado del césped del feudo gaditano. En 2005, el Ramón de Carranza se volvió a jugar en su estadio de siempre con las gradas de preferencia y fondo sur remodeladas, proclamándose campeón el Barcelona, mientras que en 2006 se tuvo que recurrir de última hora a contratar al Villarreal C.F., sustituyendo al Flamengo brasileño, que pretendía jugar con juveniles. En esta edición el Cádiz volvió a ser el campeón, 12 años después. El último campéon fue el Sevilla en un torneo que volvió, al menos durante un año, en formato triangular.
El particular triunvirato de los trofeos veraniegos de España se cierra con el Colombino, organizado por el Recreativo de Huelva desde 1965. En este año, la edición número 50, el vencedor ha sido el FC Barcelona, que conquistó su primera Carabela de Plata, en el primer partido de la era Luis Enrique en un desangelado estadio Nuevo Colombino de Huelva, tal y como definía el periodista José Carlos Galván del periódico Huelva Hoy.
«La edición número 50 del Trofeo Colombino pasará a la historia por el cartel. En ningún caso por un partido único que estuvo lejos de ser una celebración en torno a las bodas de oro del torneo. Ha sido un Colombino de diseño, válido para el palmarés e inservible para el espectáculo. La buena intención de los dirigentes del Recreativo de contar con uno de los ‘grandes’ del fútbol español para rendir homenaje a la carabela de plata tuvo una muy deslucida plasmación. No por esperado resultó indolente. Al Colombino le queda prestigio y el encuentro entre un muy incipiente Decano y un Barcelona parecido al que ha pasado por Huelva en los últimos años en Segunda División tuvo pinta de entrenamiento.No era para menos. Más allá de la ausencia de las estrellas barcelonistas, era el primer partido para ambos equipos después de una semana de trabajo y se notó en demasía. Además, ambos entrenadores jugaron con dos equipos diferentes en cada periodo, una patada al libro de estilo del Trofeo. Luis Enrique tampoco ayudó de inicio. No tenía por qué hacerlo porque su labor es la de llevar a cabo un plan de preparación por encima de cualquier acontecimiento histórico, máxime cuando el protagonista es el rival. Ni siquiera la circunstancia de su debut como entrenador del primer equipo le llevó a juntar en el campo a Sergi Roberto, Montoya, Ter Stegen, Bartra, Afellay y Deulofeu, jugadores que salvo sorpresa estarán en la primera plantilla».
Un reflejo de la actual situación de este trofeo. Desde su primera edición creada por el entonces presidente del Recreativo José Luis Martín Berrocal coincidiendo con las Fiestas Colombinas de la ciudad y con la participación de Genoa, el Racing de París y el Recreativo de Huelva (los equipos más antiguos de Italia, Francia y España) el torneo ha pasado por muchos formatos, aunque siempre se celebra durante la primera semana de agosto. En las últimas décadas el cartel de los participantes ha ido cayendo de forma progresiva como refleja que en 2013 la Carabela de Plata fue para el Levante, que participó junto al Pescara italiano, el SC Olhanense de Portugal y los anfitriones, y en 2012 el título fue para el Getafe, que tomó parte junto al Sporting de Portugal, el Atlético Tetuán y el Recreativo.
El Teresa Herrera, el Carranza o el Decano, tres ejemplos, pero hay muchos más. Uno tras otros los trofeos de verano de antaño en ciudades españolas agonizan. Pero ahora viene la pregunta: ¿quién le pone el cascabel al gato?