Entrevista con el vampiro, un joya del cine y una de las películas que mejor ha recreado la condición de vampiro, lejos de los cuatro tópicos y estereotipos hollywoodiendes. Esta película está basada en la novela homónima que Anne Rice publicó en el año 1973.
Esta cinta merece ser reivindicada y revisionada cada cierto tiempo, porque es la perfecta representación del romanticismo del mito vampírico como un ser condenado a la eternidad. La historia se basa en dos personajes principales: Lestat (Tom Cruise) y Louis (Brad Pitt). Y cómo cada uno de ellos encarna una visión, una reflexión, una manera de llevar y soportar la condicíon de ser vampiro. Louis es un ser atormentado que reniega de su condición y siente asco de sí mismo. Se avergüenza de su condición de vampiro, se avergüenza de ser como es; e incluso de lo que ha de hacer para sobrevivir, aunque sea casi como un acto reflejo, con las ansias de la aguja llamando al yonki; de sangre humana, en este caso. Tiene dudas y las dudas le atormentan a cada instante, a cada acción. Por lo que decide alimentarse de sangre de animales: ratas, gallinas, perros…pero no matar a un ser humano.
En cambio, Lestat, está convencido de su condición de vampiro; y además está orgulloso de serlo. Es un ser jovial, vitalista y cínico que legitima el asesinato de humanos para saciarse diciendo que la muerte es un alivio para el hombre y que él les ayuda a llegar a esa paz. O puede que no sea cinismo y que realmente esa sea su condición y que está por encima en la cadena trófica como el León lo está de la zebra. Es consciente de que no es humano y que es mejor que ellos; y que está por encima de ellos y, por lo tanto, los trata como carnaza. Quizás ese saberse no humano es lo que le falta a Louis para romper con la cadena de tormento, dudas, remordimientos y asco de su propia condición; o quizás padece del mismo problema moral que un vegetariano o un vegano.
Lestat es el que convierte a Louis e intenta hacerle comprender su nueva condición de vampiro y trata de convencerle de que reniegue a todo rasgo de humanidad porque, simplemente, ya no es humano. Intenta hacerle comprender que se rigen por otras normas y leyes y que poseen otra moral. Si Louis representa la negación de la condición de vampiro y Lestat la afirmación, Armand (Antonio Banderas), representa a la institución, a la sociedad y comunidades vampíricas. Representa la represión y el castigo por infringir las leyes de los vampiros. Representa al estado.
Otro personaje clave y muy interesante en la película es el de Claudia (Kirsten Dunst). Es una niña a la cual Lestat convierte en vampiro para obligarle a Louis a quedársela, ya que de otra manera la niña no hubiese sobrevivido. Lestat le enseña todo, la convierte en una pequeña sádica y niña consentida, y, entre los tres, crean algo así como una familia desestructurada, formada por dos vampiros y una niña-vampiro. Muchos espectadores de la época creyeron que era normal, ya que de una pareja de dos hombres y una niña, no podía nacer nada bueno, pero realmente está desestructurada por la lucha interna de cada uno de los personajes por su condición: Claudia acaba odiando a Lestat por haberla convertido porque nunca crecerá y siempre se quedará con aspecto de niña. Será una mujer por dentro pero siempre con el aspecto de niña. Tendrá la mirada y los sentimientos de amor de una mujer pero por fuera siempre será una niña. Louis y Claudia se sienten malditos por culpa de Lestat y deciden abandonarle. Lestat, por el contrario, sólo piensa que les ha salvado, que les ha entregado clarividencia, hipersencibilidad, fuerza, inmortalidad y casi divinidad.
Durante toda la película hay un halo fino de homoerotismo y bisexualidad desde el S XVIII que se va difuminado al llegar al XX, donde Louis hace la entrevista y cuenta su historia y Lestat está completamente aislado, abandonado por los seres que más quiere, y perdido en un siglo que no entiende. Es una historia de vampiros que se aman, vampiros que se anhelan, una vampira encerrada en el cuerpo de una niña que ama a Louis y este a ella también. Una historia de amor entre seres sin alma humana, de hambre, de negación, de aceptación. De Lestat, que incomprendido, es el típico que agasaja con regalos y supuestas bendiciones a aquellas personas que le rechazan y sienten asco y vergüenza de él porque sólo ven un reflejo de ellos mismos.
«Dios mata indiscriminadamente y nosotros también, porque ninguna criatura de Dios es como nosotros. Ninguna criatura se parece tanto a él como nosotros» Lestat de Lioncourt .