Solo una de las seis selecciones resultantes del antiguo estado balcánico (Croacia) tiene garantizada su presencia en la Eurocopa de Francia que se jugará el próximo verano, mientras dos de ellas (Bosnia Herzegovina y Eslovenia) se jugarán el billete a todo o nada en la fase de repesca. Serbia, Montenegro y Macedonia ya han sido eliminadas. No hay ninguna duda de que la suma de los seis combinados resultaría mucho más competitiva. ¿Nos acompañan en un paranoico ejercicio de fútbol-ficción?

Soy periodista. Además, ejerzo de entrenador de fútbol. Me gustaría ser algún día historiador. Y me apasionan los Balcanes, aquel rincón del mapa europeo que “produce más historia de la que es capaz de consumir”, según la definió Winston Churchill. Tal vez por un poco de todo, hoy me apetecía plantear un juego. Como escribí en el #1 de Negratinta, existe una corriente de “yugonostálgicos” que echan en falta el antiguo estado que unía hasta principios de los 90 los territorios de Eslovenia, Croacia, Montenegro, Macedonia, Bosnia Herzegovina, Serbia y Kosovo. Aprovechando que estamos a las puertas de una nueva Eurocopa (ya se conocen 20 selecciones que disputarán el torneo el próximo verano en Francia y solo quedan por disputarse las cuatro eliminatorias de repesca), me añado a este movimiento por un rato y propongo hacer un ejercicio de fútbol-ficción e historia-ficción. ¿Qué pasaría si Yugoslavia continuase existiendo? ¿Cuál sería su nivel futbolístico? ¿Habría conseguido su billete para el Campeonato de Europa?

Jugadores de primer nivel mundial como Ivan Rakitic, Luka Modric, Edin Dzeko o Branislav Ivanovic compartirían vestuario. Sí, es cierto, posiblemente ninguno de ellos ganará ningún balón de oro, y quizás los mejores futbolistas de una hipotética Yugoslavia unificada ya forman parte de un mismo conjunto: el croata. De hecho, es la única selección de las seis que podían clasificarse que lo ha hecho directamente. Bosnia Herzegovina y Eslovenia disputarán la repesca, mientras las otras tres no tienen opciones: Montenegro y Serbia han sido cuartas en sus respectivos grupos mientras Macedonia ha acabado colista la liguilla que compartía, entre otros, con la selección española. Pero evidentemente, el nivel subiría si al bloque de Croacia añadiéramos futbolistas del resto de antiguas repúblicas yugoslavas.

Croatia vs. Portugal, 10th June 2013

Croatia vs. Portugal, 10th June 2013

Por todo ello, y jugando a ser el Vicente del Bosque de los Balcanes, allá va mi particular selección yugoslava, intentando tener como mínimo algún representante de cada una de las actuales selecciones que formaban parte de Yugoslavia:

PORTEROS

Samir Handanovic (Inter de Milán). Esloveno.

Jan Oblak (Atlético de Madrid). Esloveno.

Asmir Begovic (Chelsea). Bosnio.

DEFENSAS

Emir Spahic (Hamburgo). Bosnio.

Neven Subotic (Borussia Dortmund). Serbio.

Stefan Savic (Atlético de Madrid). Montenegrino.

Dejan Lovren (Liverpool). Croata.

Darijo Srna (Shaktar Donetsk). Croata.

Brnislav Ivanovic (Chelsea). Serbio.

Bojan Jokic (Villarreal). Esloveno.

Nikolve Noveski (Mainz 05). Macedonio.

Aleksandar Kolarov (Manchester City). Serbio.

CENTROCAMPISTAS

Nemanja Matic (Chelsea). Serbio.

Kevin Kampl (Bayer Leverkusen). Esloveno.

Mateo Kovacic (Real Madrid). Croata.

Miralem Pjanic (Roma). Bosnio.

Ivan Rakitic (Barcelona). Croata.

Luka Modric (Real Madrid). Croata.

DELANTEROS

Stevan Jovetic (Inter de Milán). Montenegrino.

Ivan Perisic (Inter de Milán). Croata.

Milivoje Novakovic (Shimizu S-Pulse). Esloveno.

Edin Dzeko (Roma). Bosnio.

Mario Mandzukic (Juventus). Croata.

No tiene mala pinta. Tal vez alguien se sorprenda por la presencia de Novakovic, un atacante desconocido de 36 años que juega en la liga japonesa, pero era difícil en este juego paranoico que nos ocupa hoy prescindir de uno de los máximos anotadores de la fase de clasificación con seis dianas, superado por muy pocos, como por ejemplo Dzeko, autor de siete. Completaremos la lista con una veintena de futbolistas más que podrían entrar perfectamente en esta convocatoria:

Los serbios Nenad Tomovic (Fiorentina), Antonio Rukavina (Villarreal), Nemanja Gudelj (Ajax Amsterdam), Filip Kostic (Stuttgart), Lazar Markovic (Fenerbahçe) y Aleksandar Mitrovic (Newcastle United). Los bosnios Sead Kolasinac (Schalke 04), Haris Medunjanin (Deportivo de la Coruña) y Vedad Ibisevic (Hertha Berlin). Los croatas Vedran Corluka (Lokomotiv), Danijel Pranjic (Panathinaikos), Ivica Olic (Hamburgo) y Nikola Kalinic (Fiorentina). Los eslovenos Rene Khrin (Granada) y Josip Ilicic (Fiorentina). Los montenegrinos Marko Basar (Lille) y Mirko Vucinic (Al-Jazira, anteriormente en la Juventus y la Roma). O los macedonios David Babunski (Barcelona B), Daniel Georgievski (Melbourne Victory y ex Steaua) y Goran Popov (actualmente en el Vardar pero con pasado en el West Bromwich Albio, Dinamo Kiev o AEK Atenas, entre otros).

En total, 43 jugadores de primer nivel europeo que elevarían el nivel de los diferentes combinados sin duda, no sabemos si hasta el punto de poder luchar por levantar el trofeo o no. Pero si nos centramos en aspectos simplemente geográficos, podríamos añadir incluso más futbolistas como Etrit Berisha y Lorik Cana, ambos jugadores de la Lazio y los dos nacidos en Pristina, capital de Kosovo y, por lo tanto, antigua Yugoslavia. No son los únicos, pero sí los nombres más destacados de una selección de Albania que ha hecho historia clasificándose por primera vez para la Eurocopa. Ya que hablamos de Kosovo, este estado reconocido por 109 de los 193 miembros de la ONU no puede competir aún internacionalmente, con lo cual se limita a disputar amistosos. El portero del Genoa Samir Ujkani y el medio del Union Berlin cedido por el Hannover Valmir Sulejmani son dos de sus referencias. Xherdan Shaqiri, ex del Bayern o del Inter y actualmente en el Stoke City, nació en Gnjilane (Kosovo), aunque defiende la camiseta de la selección suiza, su país de acogida. Y también tiene orígenes balcánicos, en su caso bosnios, Zlatan Ibrahimovic, aunque se enfunde la zamarra amarilla de Suecia para competir más allá de sus fronteras. Sin duda, serían dos fichajes de excepción dentro del enfermizo trabajo de ciencia ficción que estamos haciendo.

Yugoslavia ha disputado dos finales de Eurocopa cayendo en ambos casos (en 1960 ante la URSS y en 1968 contra Italia). Además, fue semifinalista en la edición de 1976, cuando asumió el rol de anfitrión. Pero desde su escisión, ningún equipo ex yugoslavo ha llegado a semifinales del certamen continental. Sí lo hizo Croacia en su primera aparición mundialística en 1998, precisamente en Francia, con los Suker, Jarni, Boban, Prosinecki, Tudor, Vlaovic y compañía. Eslovenia ha sacado la cabeza en más de un torneo internacional, pero siempre quedándose en la primera ronda. Bosnia Herzegovina se estrenó el año pasado en Brasil, pero tampoco pudo superar la fase de grupos. Montenegro perdió la repesca de la Euro 2012 ante la República Checa, en la que hasta ahora ha sido su mejor fase de clasificación. Macedonia tiene un nivel discreto y sus opciones de acudir a una gran cita son, a día de hoy, muy limitadas. Y Serbia rememora tiempos mejores mientras se conforma con casi arruinar el sueño de Albania ganando a los futbolistas de Di Biasi por 0-2. Los albanos, un combinado acostumbrado a ser el farolillo rojo del grupo clasificatorio de turno y a encajar goleadas, debutarán en un gran torneo, confirmando que tiene una gran generación de futbolistas nacidos en los 90 y abriendo un debate paralelo: ¿Qué pasaría si los kosovares, de origen y nacimiento, jugaran con el combinado de la doble águila? El ascenso albanés contrasta con el declibe serbio. El mejor papel de los ortodoxos fue en 2000 cuando cayeron en cuartos de la Eurocopa de Holanda y Bélgica. Entonces compitieron aún como Yugoslavia –aunque aquel estado solo comprendiera a Serbia y Montenegro. El talentoso Savo Milosevic fue el máximo goleador del campeonato.

Creo que he dicho que soy periodista, entrenador de fútbol, apasionado de los Balcanes y quién sabe si futuro historiador. Añado un par de datos más: tengo gafas y barba. Sí, como Mariano Rajoy, pero sin canas. Y como dijo hace poco el presidente del gobierno en la celebración del Eurobasket conquistado por la selección española, Yugoslavia hizo muy buenos papeles en el pasado, pero ya no existe, así que acabaremos aquí nuestro inútil trabajo como seleccionadores yugoslavos. Eso sí, por favor, no me confundan con Rajoy.

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