Konungsbók

 

En este thriller histórico, que no está traducido al español, el conocido autor islandés de novelas policíacas e historiador de carrera Arnaldur Indriðason regresa a su primer amor:  las antiguas sagas escandinavas y más particularmente el Codex Regius, el único manuscrito en el que se ha conservado la Edda poética.  Y lo hace escribiendo una novela de aventuras de corte clásico y de fórmula, con el protagonista ya mayor que recuerda sus aventuras juveniles de la mano de un mentor gruñón con el que empieza mal pero con quien acabará teniendo unos lazos de amistad muy especiales.  Es otra vez La isla del tesoro pero con profesores universitarios y nazis en lugar de piratas y con un códice como el botín que se disputan a vida o muerte.

Esta manida ambientación universitaria y libresca hace temer lo peor, pero a pesar de los escenarios polvorientos de bibliotecas y criptas en una acción absolutamente predecible el autor vuelca en esta novela un amor y un entusiasmo sin límites por la historia de su país, por los manuscritos antiguos conservados por el pueblo en condiciones extremas como un tesoro cultural que iba pasando de padres a hijos y que por ello debían de estar en Islandia y no en Dinamarca, que no los devolvió hasta el año 1971.  Así lo explica el profesor protagonista de la novela:

El Codex Regius nos sobrevivirá a todos.  No somos nosotros los que lo mantenemos vivo, es el libro el que nos mantiene en vida.  Es la continuación de nuestras vidas.  Es nuestra historia y nuestra existencia en el pasado, el presente y el futuro.  Ha sobrevivido durante siglos y sobrevivirá muchos siglos más.  Es nuestra historia, la historia de la tierra y la historia del tiempo.

Por qué seguir leyendo a los clásicos, se preguntan muchos hoy día, qué nos puede interesar de unos escritos de hace tantos siglos.  Esta discusión inútil tiene una hermosa respuesta en este libro, tan poco conseguido literariamente pero con un mensaje lleno de pasión por el papel que la literatura juega en nuestra identidad como pueblo y como personas y por el valor que los libros han tenido a lo largo de los siglos.  No solamente para los estudiosos y los intelectuales, sino también para la gente sencilla que se reunía las largas noches de invierno para leer y escuchar las historias mil veces repetidas de generación en generación y que por ello constituyen la memoria cultural de todo un pueblo.  Konungsbók es un libro escrito con el corazón y por eso a pesar de sus muchos fallos me resisto a llamarlo un mal libro.

 

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Arnaldur Indriðason by Negra Tinta © Negra Tinta 2014

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