Oigo llorar a Ray Charles

(qué bien le sienta la noche)

mi lucero, que ahora es tuyo

se enciende

me enciendo

 

bajo la calle mientras tú lo haces por mi mente

y tu mente, que aún no es mía

evapora todo aquello que comprendo

me quemo

sin querer,

(queriendo)

darte sentido

 

como cuando le oigo llorar

tengo su grieta en mi cuello,

el delirio constante

que ni siquiera permanece, para mí,

un segundo

sino como el instante de un parpadeo tuyo,

que no me pertenece

pero el blues ya no me absorbe,

me desangra

 

libertad, dije, no es tenerte delante,

(sino detrás)

como el sucio sueño de tu magia en movimiento

 

Ya no llora Ray,

oigo cómo sangra un Hard Times

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